Entre mayo y junio, el brillo de 3I/ATLAS aumentó en un factor de cinco, muy por encima de lo que justificaba su proximidad creciente con el Sol. Los cientÃficos atribuyen esta actividad a la sublimación de materiales hipervolátiles, como el dióxido de carbono. Estos compuestos gaseosos se evaporan a temperaturas más bajas que el hielo de agua, creando una coma luminosa alrededor del núcleo cometario.
A diferencia de los cometas del Sistema Solar, que a menudo han perdido sus volátiles, 3I/ATLAS muestra una composición diferente, proveniente de entornos distintos en la galaxia. Las observaciones de TESS no permitieron determinar el perÃodo de rotación del núcleo, enmascarado por la coma.
Un objeto interestelar es un cuerpo celeste, como un cometa o un asteroide, que no gira alrededor de una estrella sino que viaja libremente entre sistemas estelares. Estos cuerpos provienen de otras regiones de la galaxia y ocasionalmente atraviesan nuestro Sistema Solar. Su estudio ofrece pistas sobre la formación y evolución de planetas en entornos fuera del Sistema Solar. A diferencia de los objetos vinculados al Sol, pueden tener composiciones e historias muy diferentes.
La detección de estos objetos es reciente, con solo algunos ejemplos confirmados hasta la fecha. Cada descubrimiento permite a los cientÃficos probar teorÃas sobre la dinámica y quÃmica de los sistemas planetarios. Las misiones espaciales futuras podrÃan incluir encuentros con tales objetos para análisis directos, abriendo nuevas perspectivas en astronomÃa.