Un nuevo horizonte del pensamiento humano parece emerger. La inteligencia artificial estaría creando un modo de razonamiento inédito en su creador. Investigadores revelan así un tercer modo de pensamiento en los humanos, al que llaman "Sistema 0".
El "Sistema 0", basado en los trabajos de Daniel Kahneman, se distingue claramente de los sistemas 1 y 2 del pensamiento humano. Mientras que el sistema 1 se basa en la intuición y la rapidez, utilizado frecuentemente para decisiones inmediatas, y que el sistema 2, más lento y reflexivo, interviene en análisis complejos, el sistema 0 funciona de manera radicalmente diferente. Externaliza parte del razonamiento apoyándose en la inteligencia artificial. Esta última es capaz de procesar cantidades masivas de datos en un tiempo récord, mucho más allá de las capacidades humanas.
Sin embargo, la IA se limita a manipular información sin nunca asignarle un sentido. A diferencia de los sistemas 1 y 2, donde el ser humano interpreta directamente los datos, el sistema 0 delega este procesamiento bruto a la IA, dejando al humano la responsabilidad de dar un significado a los resultados producidos. Así, la IA juega el papel de un poderoso calculador, pero sigue siendo la mente humana la que debe analizar e interpretar la información generada.
Los investigadores de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en Italia, revelaron este nuevo enfoque en un artículo publicado en
Nature Human Behaviour. Explican que la IA bien podría convertirse en una extensión cognitiva de nuestro cerebro. Sin embargo, esto no está exento de riesgos.
Uno de los temores planteados es la pérdida de nuestra autonomía intelectual. Si confiamos demasiado en el "Sistema 0", nuestro pensamiento crítico podría verse afectado. Algunos investigadores afirman que esta dependencia podría debilitar nuestra capacidad de innovar y pensar por nosotros mismos.
Por otra parte, los sesgos de la IA – sexistas, racistas, u otros – pueden influir sutilmente en nuestras decisiones. Los científicos abogan por regulaciones éticas rigurosas. Una total transparencia en los algoritmos y una educación digital adecuada son esenciales para mantener una relación equilibrada con estas tecnologías.
No obstante, el "Sistema 0" también trae consigo ventajas significativas. La IA permite abordar problemas cuya complejidad es tal que nuestro cerebro no podría resolverlos solo. Trabajando mano a mano con la IA, la humanidad podría dar un paso importante en la gestión de datos y sistemas complejos.
Este avance tecnológico es, por tanto, un arma de doble filo. Para que sirva verdaderamente al pensamiento humano, es necesario un análisis crítico sobre su uso, para no dejar que la IA ocupe demasiado espacio en nuestros procesos cognitivos naturales.