Un estudio reciente, realizado por un consorcio internacional de investigadores, revela que algunos pacientes con lesiones cerebrales graves, aunque parecen totalmente insensibles, pueden en realidad mostrar signos de conciencia cuando son evaluados mediante técnicas avanzadas de imágenes cerebrales.
Este descubrimiento podría cambiar profundamente las prácticas clínicas en el cuidado de pacientes en coma o en estado de vigilia no respondedora.
El estudio, iniciado en 2008 por el Dr. Nicholas Schiff, Steven Laureys y Adrian Owen, evaluó a 353 pacientes con trastornos de la conciencia causados por traumatismos cerebrales o accidentes cerebrovasculares. Los investigadores utilizaron técnicas como la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) y la electroencefalografía (EEG) para detectar la actividad cerebral en respuesta a instrucciones simples como "imagina abrir y cerrar tu mano".
Entre los 241 pacientes incapaces de responder físicamente a las órdenes, aproximadamente el 25% mostró respuestas cerebrales que sugieren alguna forma de conciencia, a pesar de la total ausencia de movimiento.
Estos resultados son particularmente significativos, ya que cuestionan los criterios tradicionales de evaluación de la conciencia. Hasta ahora, un paciente incapaz de responder a estímulos se consideraba generalmente inconsciente. Este estudio, publicado en el
New England Journal of Medicine, muestra que la disociación entre las capacidades cognitivas y la motricidad no es rara en estos pacientes. Según la Dra. Yelena Bodien, autora principal, esto plantea desafíos éticos y clínicos importantes, especialmente en cuanto a la comunicación y rehabilitación de estos pacientes.
El estudio también subraya la importancia de utilizar métodos de evaluación múltiples para detectar la conciencia, ya que una sola técnica podría no ser suficiente para revelar la complejidad de los estados de conciencia. Por ejemplo, los pacientes evaluados tanto con IRMf como con EEG mostraron una tasa más alta de disociación cognitivo-motora. Esto sugiere que se necesitan enfoques combinados para una evaluación más precisa.
Los investigadores hacen un llamado a una revisión de los protocolos clínicos para incluir estas técnicas de imagen, con el fin de identificar y tratar mejor a los pacientes conscientes pero no respondedores. "Ahora tenemos la obligación ética de comprometernos con estos pacientes y tratar de ayudarles a interactuar con su entorno", destaca el Dr. Nicholas Schiff.