Las huellas de dinosaurios revelan secretos de un pasado distante. El descubrimiento de rastros idénticos en dos continentes actualmente separados por el Atlántico abre una ventana a las migraciones prehistóricas.
Izquierda: Huella de terópodo de la cuenca de Sousa, Cretácico inferior del noreste de Brasil. Crédito: Ismar de Souza Carvalho. Derecha: Rastros de terópodo de la cuenca de Koum en Camerún. Crédito: SMU.
En Brasil y Camerún, huellas de dinosaurios que datan de hace 120 millones de años ofrecen una visión valiosa sobre la distribución de las especies en el Cretácico inferior. Se han encontrado más de 260 huellas similares, lo que sugiere una continuidad terrestre entre estas dos regiones en la época del supercontinente Gondwana.
Los paleontólogos han identificado rastros de terópodos, así como algunas huellas de saurópodos y ornitischios. Las características morfológicas de estas huellas, impresas en sedimentos fluviales y lacustres, muestran una sorprendente similitud.
Los investigadores destacan que estas huellas provienen de antiguas zonas de contacto entre África y América del Sur. Las regiones de Borborema en Brasil y la cuenca de Koum en Camerún, aunque separadas hoy, compartían estructuras geológicas similares derivadas de la fragmentación del supercontinente.
Las formaciones geológicas subyacentes, como las cuencas semi-grabens, son testimonio de la dinámica tectónica que dio lugar a la formación del océano Atlántico Sur. Esta configuración geológica muestra cómo los dinosaurios podían utilizar corredores terrestres antes de que las fuerzas tectónicas crearan una barrera oceánica.
Una larga pista de ornitópodo en Passagem das Pedra, en la cuenca de Sousa, preservada en los depósitos de llanura aluvial del Cretácico inferior. Crédito: Ismar de Souza Carvalho
Este descubrimiento enriquece nuestra comprensión de la deriva continental y su impacto en la distribución de las especies. Las huellas fósiles se convierten así en testigos directos de las transformaciones geológicas mayores que han dado forma a la Tierra. El estudio destaca la evolución de los ecosistemas prehistóricos y las condiciones ambientales favorables para la vida de los dinosaurios. Los antiguos entornos fluviales y lacustres ofrecieron recursos cruciales a estas criaturas.
Al conectar los datos paleontológicos y geológicos, los investigadores permiten reconstruir mejor los paisajes antiguos. Este enfoque multidisciplinario ayuda a entender cómo la deriva continental influyó en la biodiversidad prehistórica.
Los resultados de esta investigación, publicados por el New Mexico Museum of Natural History & Science, aportan pruebas concretas de cómo los dinosaurios se desplazaban entre continentes antes de su separación. Estas huellas ofrecen una perspectiva inédita sobre la dinámica de las masas continentales y su impacto en la vida terrestre.