La contaminación atmosférica perjudica gravemente al cerebro 🧠

Publicado por Adrien,
Fuente: The Journals of Gerontology: Series A
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Los efectos de la contaminación atmosférica en el cerebro de las personas mayores revelan impactos preocupantes. Un estudio realizado durante diez años pone de manifiesto vínculos entre la exposición prolongada y el deterioro cognitivo.

La investigación, publicada en The Journals of Gerontology: Series A, se centró en los niveles de dióxido de nitrógeno y partículas finas. Estos contaminantes, procedentes principalmente de vehículos e industrias, mostraron una correlación con una disminución del rendimiento cognitivo, especialmente en el ámbito lingüístico.


Los participantes, de 65 años o más, se sometieron a pruebas que evaluaban memoria, función ejecutiva y lenguaje. Los resultados indican que quienes vivían en las zonas más contaminadas obtuvieron las puntuaciones más bajas, especialmente en las pruebas lingüísticas.

Los investigadores sugieren que la contaminación podría afectar específicamente al lóbulo temporal, crucial para el lenguaje. Esta hipótesis abre vías para futuras investigaciones destinadas a comprender los mecanismos biológicos subyacentes.

El estudio subraya la importancia de reforzar las regulaciones sobre la calidad del aire. Los autores piden acciones políticas para reducir la exposición a los contaminantes, especialmente en zonas urbanas donde los niveles siguen siendo elevados.

A pesar de sus limitaciones, como la duración de la exposición estudiada y el tamaño de la muestra, esta investigación aporta pruebas sólidas de los efectos nocivos de la contaminación en la salud cerebral. Destaca la necesidad de proteger a las poblaciones vulnerables.

Las implicaciones de estos hallazgos son amplias, afectando tanto a la salud pública como a las políticas ambientales. Recuerdan la urgencia de actuar para preservar la calidad del aire y, por extensión, la salud cognitiva de las poblaciones envejecidas.

¿Cómo afecta la contaminación al cerebro?


La contaminación atmosférica, en particular las partículas finas y el dióxido de nitrógeno, puede penetrar en el cuerpo a través de los pulmones y llegar al cerebro. Estas sustancias provocan inflamación y estrés oxidativo, dañando las células cerebrales.

Los estudios muestran que estos efectos pueden alterar la estructura y función del cerebro, especialmente en las zonas responsables de la memoria y el lenguaje. Esto explica por qué las personas expuestas a altos niveles de contaminación presentan un deterioro cognitivo acelerado.

Además, la contaminación puede reducir el flujo sanguíneo hacia el cerebro, limitando así el suministro de oxígeno y nutrientes esenciales. Esta reducción puede provocar un deterioro de las funciones cognitivas a largo plazo.

Por último, algunas investigaciones sugieren que la contaminación también podría afectar a la producción de neurotransmisores, alterando así la comunicación entre neuronas y exacerbando los problemas cognitivos.

¿Por qué el lenguaje es especialmente afectado?


El lóbulo temporal, esencial para el lenguaje, parece ser particularmente sensible a los efectos de la contaminación. Esta región del cerebro es responsable de la comprensión y producción del lenguaje, así como de la memoria semántica.

Los contaminantes atmosféricos pueden dañar las neuronas en esta zona, reduciendo la capacidad de procesar y recuperar palabras. Esto se traduce en dificultades en las pruebas de fluidez verbal y recuerdo.

Además, la exposición crónica a la contaminación puede provocar una reducción del volumen cerebral en el lóbulo temporal. Esta atrofia se asocia con un deterioro más rápido de las capacidades lingüísticas en las personas mayores.

Estos hallazgos subrayan la importancia de proteger las zonas cerebrales vulnerables reduciendo la exposición a los contaminantes, especialmente para poblaciones de riesgo como los mayores.
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