Bajo nuestros pies, a miles de kilómetros de profundidad, se oculta una región con forma de donut. Esta estructura podría cambiar nuestra comprensión del campo magnético terrestre.
Detectada recientemente por un equipo de la Universidad Nacional Australiana (ANU), esta región se encuentra únicamente en las bajas latitudes, alineada con el ecuador.
Esquema que ilustra el camino de las ondas sísmicas y la heterogeneidad del núcleo externo.
Crédito: Science Advances (2024).
Este "donut" geológico se encuentra en la parte superior del núcleo externo líquido de la Tierra, en el límite con el manto. Hasta ahora, esta estructura había pasado desapercibida.
Los sismólogos de la ANU observaron que las ondas sísmicas que atraviesan esta región se ralentizan en comparación con el resto del núcleo líquido. Estiman que el grosor de esta formación alcanza varios cientos de kilómetros debajo del límite manto-núcleo.
Lo que hizo posible este descubrimiento fue un método innovador de análisis de ondas sísmicas, mucho después de su emisión por grandes terremotos. Al estudiar las ondas varias horas después de los sismos, pudieron reconstruir los tiempos de tránsito a través del núcleo terrestre, revelando esta región de baja velocidad sísmica.
Esta zona de baja velocidad podría deberse a una alta concentración de elementos químicos ligeros en el núcleo externo. Estos elementos influyen en la dinámica del campo magnético terrestre, un fenómeno crucial para la protección de la vida en la Tierra.
El descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre la dinámica del campo magnético terrestre. Los investigadores esperan que esto estimule investigaciones interdisciplinarias para comprender mejor este fenómeno y sus implicaciones.
El campo magnético terrestre, indispensable para la vida
El campo magnético terrestre es una fuerza invisible que rodea la Tierra y actúa como un escudo protector contra las partículas solares y la radiación cósmica. Este campo es crucial para la protección de la atmósfera y la vida en nuestro planeta.
El campo magnético terrestre funciona gracias a la dinamo geomagnética, un proceso en el que el movimiento del hierro líquido en el núcleo externo genera corrientes eléctricas. Estas corrientes producen un campo magnético que se extiende por el espacio alrededor de la Tierra, formando una región llamada magnetosfera. La magnetosfera desvía las partículas cargadas del viento solar, impidiendo que golpeen directamente la superficie de la Tierra.
El campo magnético terrestre es esencial para mantener la vida en la Tierra. Protege nuestra atmósfera de los vientos solares, que de otro modo podrían erosionarla, y reduce el impacto de las radiaciones cósmicas que podrían ser nocivas para los organismos vivos. En ausencia de este campo magnético, la Tierra sería mucho más vulnerable a los efectos destructivos del espacio.