El proceso de envejecimiento es una lucha constante que nuestro cuerpo lleva a cabo contra los estragos del tiempo.
Científicos del Instituto Wellcome Sanger y de la Universidad Sun Yat-sen han dado recientemente un paso significativo en la comprensión de este combate al realizar el primer mapa de células musculares humanas envejecidas. Su estudio, publicado recientemente en
Nature Ageing, ofrece perspectivas prometedoras para el desarrollo de estrategias terapéuticas destinadas a fomentar un envejecimiento más saludable para las futuras generaciones.
Veronika Kedlian, miembro del equipo de investigación, explica que su enfoque innovador, que combina diferentes tipos de secuenciación, ha revelado mecanismos celulares hasta ahora desconocidos implicados en el envejecimiento muscular. Este avance también ofrece pistas para futuras investigaciones.
Mediante técnicas de secuenciación celular y nuclear, así como técnicas avanzadas de imagen, los investigadores pudieron analizar muestras de músculos esqueléticos humanos. Estos músculos, que se unen a los huesos, desempeñan muchas funciones vitales como el movimiento, el mantenimiento de la postura, la regulación de la temperatura corporal y el almacenamiento de nutrientes. Sin embargo, con la edad, estos músculos experimentan cambios perjudiciales, incluyendo la sarcopenia, una pérdida de masa y función muscular asociada al envejecimiento.
Las muestras se tomaron de 17 individuos de entre 20 y 75 años. Al comparar los resultados, los investigadores identificaron numerosos procesos subyacentes a los cambios musculares relacionados con la edad. En particular, notaron una disminución en la actividad de genes que controlan los ribosomas, estructuras responsables de la producción de proteínas, en las células madre musculares de las muestras de mayor edad. Esta inactividad reduce la capacidad de las células para repararse y regenerarse.
Además, los investigadores observaron un aumento en la población de células no musculares que producen una molécula proinflamatoria llamada CCL2, atrayendo así células inmunitarias a los músculos y exacerbando el proceso de degradación muscular relacionado con la edad.
Por otro lado, el estudio también reveló mecanismos compensatorios hasta ahora desconocidos. Por ejemplo, se observó una regeneración aumentada de ciertos subtipos de fibras musculares restantes, así como la identificación de poblaciones nucleares especializadas dentro de las fibras musculares, contribuyendo a reconstruir las conexiones nerviosas en declive.
El profesor Hongbo Zhang, coautor principal del estudio, subraya la importancia de esta investigación en un contexto de envejecimiento de la población mundial. "Nuestro entendimiento del proceso de envejecimiento sigue siendo limitado, pero empezamos a vislumbrar cómo los músculos se esfuerzan por mantener su función a pesar de los efectos del tiempo," explica.
La Dra. Sarah Teichmann, coautora del estudio y cofundadora del Atlas Celular Humano, resalta el impacto potencial de estos descubrimientos. "Gracias a este nuevo conocimiento sobre el envejecimiento muscular, investigadores de todo el mundo pueden ahora explorar formas de combatir la inflamación, fomentar la regeneración muscular, preservar la conectividad nerviosa y mucho más," declara.
Este estudio pionero ofrece una visión sin precedentes de los mecanismos subyacentes al envejecimiento muscular humano. Sus implicaciones van más allá del laboratorio, ofreciendo nuevas perspectivas para el desarrollo de terapias destinadas a mejorar la salud muscular y la calidad de vida a medida que envejecemos.