Descubrimiento alarmante: ¡todos los placentas humanos estarían contaminados por microplásticos!

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Toxicological Sciences
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La presencia de microplásticos en nuestro medio ambiente continúa generando preocupación, y un reciente descubrimiento agrega un nuevo elemento a este debate. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nuevo México revela la presencia de microplásticos en los placentas humanos, un hallazgo alarmante publicado en la revista Toxicological Sciences.


Dirigido por el profesor Matthew Campen, en colaboración con investigadores de la Universidad de Medicina de Baylor y de la Universidad Estatal de Oklahoma, este estudio analizó químicamente 62 muestras de placenta. Los resultados son preocupantes: las concentraciones de microplásticos variaron de 6,5 a 790 microgramos por gramo de tejido, con una presencia generalizada del plástico en todas las muestras examinadas.

Este descubrimiento plantea preguntas sobre los impactos potenciales de los microplásticos en la salud, especialmente durante el desarrollo fetal. En efecto, el polietileno, utilizado principalmente en la fabricación de bolsas y botellas de plástico, representó el 54% de los microplásticos detectados, seguido del PVC y del nilón. Hasta ahora, cuantificar con precisión la cantidad de microplásticos en los tejidos humanos era un desafío, pero este nuevo método analítico permite una medición más exacta de estas partículas.

Un método analítico en tres pasos


El primer paso del método utilizado consiste en un tratamiento químico de las muestras de placenta. Este proceso, llamado saponificación, tiene como objetivo disolver las grasas y proteínas presentes en los tejidos. Eliminando estos componentes, los investigadores pueden aislar las partículas de plástico de otros elementos del tejido placentario, facilitando así su detección posterior.

Una vez que las muestras se tratan químicamente, se someten a una centrifugación a ultravelocidad. Esta técnica permite separar las partículas de plástico de los demás componentes de la mezcla haciéndolas migrar hacia el fondo del tubo de centrifugación. Así, los microplásticos se concentran y están listos para ser analizados en más detalle.

Finalmente, el tercer paso consiste en un proceso de pirólisis de las partículas de plástico aisladas. Los depósitos de plástico se calientan a una temperatura alta, alcanzando hasta 600 grados Celsius. Este calor intenso provoca la descomposición de las partículas de plástico en gases. Estos gases son luego analizados para detectar con precisión la tasa de partículas presentes.



Las implicaciones de esta contaminación


Las implicaciones de esta contaminación son amplias, tocando tanto la salud humana como el medio ambiente. Con la producción mundial de plástico en constante aumento desde la década de 1950, el plástico se encuentra ahora prácticamente en todo lo que consumimos, desde el agua embotellada hasta nuestra alimentación diaria. Esta omnipresencia del plástico en nuestro entorno aumenta los riesgos de exposición, tanto por ingestión como por inhalación.

Si los efectos exactos de los microplásticos en la salud humana aún están por determinarse, estudios anteriores han demostrado que estas partículas pueden dañar las células humanas y provocar inflamación, e incluso liberar sustancias químicas nocivas contenidas en los plásticos. Esta contaminación generalizada también plantea preocupaciones sobre el aumento de ciertos problemas de salud, como las enfermedades inflamatorias del intestino y el cáncer de colon, así como la disminución del número de espermatozoides.

La presencia de microplásticos en el placenta es particularmente preocupante, ya que este órgano solo comienza a desarrollarse tardíamente durante el embarazo, constituyendo así una barrera natural para el feto. Sin embargo, este estudio revela que los microplásticos son capaces de atravesar esta barrera, representando así una amenaza potencial para el desarrollo fetal.

Ante esta situación alarmante, Matthew Campen y su equipo planean continuar sus investigaciones para comprender mejor los impactos de los microplásticos en la salud humana.
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