Los investigadores han descubierto que las sustancias químicas permanentes, conocidas como PFAS (sustancias perfluoroalquiladas), pueden ser absorbidas por la piel humana. Estas sustancias, conocidas por su persistencia en el medio ambiente, se utilizan ampliamente en diversos productos de consumo por sus propiedades hidrófugas y antimanchas.
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Environment International, este nuevo estudio revela por primera vez que los PFAS pueden atravesar la barrera cutánea y llegar al torrente sanguíneo. Estos productos químicos están comúnmente presentes en cosméticos, así como en otros bienes de consumo. A pesar de las regulaciones que prohíben algunas de estas sustancias, muchas siguen en uso y sus efectos tóxicos no se comprenden completamente. Ya se sabe que los PFAS pueden penetrar en el cuerpo por ingesta o inhalación, provocando efectos adversos tales como disminución de la respuesta inmunitaria, trastornos hepáticos y reducción del peso al nacer.
El estudio, dirigido por la Dra. Oddný Ragnarsdóttir de la Universidad de Birmingham, constituye la evaluación más exhaustiva hasta la fecha de la absorción cutánea de los PFAS. Muestra que la mayoría de estas sustancias pueden penetrar en el organismo a través de la piel. Los investigadores estudiaron 17 PFAS comúnmente utilizados, aplicando estas sustancias en modelos 3D de piel humana cultivados en laboratorio. Estos modelos, formados por tejidos multicapa, imitan las propiedades de la piel humana.
Los resultados son alarmantes: de los 17 PFAS probados, 15 mostraron una absorción cutánea sustancial, es decir, al menos el 5 % de la dosis de exposición pasaba la barrera cutánea. Para el ácido perfluorooctanoico (PFOA), uno de los PFAS más regulados, la absorción alcanzó el 13,5 %, sabiendo que un 38 % adicional quedaba retenido en la piel, lo que sugiere una absorción potencial a largo plazo. El estudio también reveló que la longitud de la cadena de carbono de los PFAS influía en su nivel de absorción: los compuestos de cadena corta se absorbían más fácilmente que los de cadena larga. Por ejemplo, el ácido perfluoropentanoico (PFPeA) se absorbía cuatro veces más que el PFOA.
El Dr. Mohamed Abdallah, coautor del estudio, subraya la importancia de estos descubrimientos para comprender los riesgos de la exposición cutánea a una amplia gama de PFAS. Hace un llamado a futuras investigaciones para evaluar los riesgos asociados con estas sustancias tóxicas, en lugar de centrarse en un solo producto químico a la vez. El profesor Stuart Harrad, también coautor, señala que la industria se está orientando hacia PFAS de cadenas más cortas, considerados menos tóxicos, pero potencialmente más absorbibles por la piel.
Este estudio pone de relieve la necesidad de reconsiderar la seguridad de los productos que contienen PFAS e intensificar los esfuerzos de investigación para comprender mejor sus impactos en la salud humana.