Un equipo de investigadores del University College London acaba de revelar un segundo sistema de aprendizaje en el cerebro que ilumina la formación de hábitos.
Los investigadores del Sainsbury Wellcome Centre identificaron dos formas diferentes de aprender por ensayo y error. Este descubrimiento, publicado en
Nature, podría cambiar nuestra comprensión de los comportamientos compulsivos y las adicciones.
Han evidenciado una señal nunca antes observada, producida por la dopamina, llamada "error de predicción de acción" (APE, por sus siglas en inglés). A diferencia de la señal habitual que evalúa la recompensa, el APE mide la frecuencia de las acciones repetidas. Gracias a estos dos sistemas, el cerebro puede aprender ya sea privilegiando lo que reporta más beneficios o repitiendo lo que es más frecuente.
Los experimentos utilizaron una prueba auditiva para observar las neuronas relacionadas con el movimiento de los ratones. Los resultados muestran que los ratones sin la parte posterior del estriado son incapaces de alcanzar un alto nivel. Esto significa que el APE toma el relevo durante las fases avanzadas de aprendizaje.
Este descubrimiento abre perspectivas interesantes para tratar las adicciones. Al actuar sobre el sistema de hábitos, se podrían reemplazar comportamientos nocivos por otros más saludables. Las implicaciones para la enfermedad de Parkinson también son importantes, especialmente para explicar por qué algunos movimientos automáticos se ven afectados.
Los científicos quieren ahora comprender cómo interactúan los dos sistemas de aprendizaje. Conocer mejor estos mecanismos podría llevar a nuevas terapias para los trastornos de conducta y las enfermedades neurodegenerativas.
¿Cómo influye la dopamina en nuestros hábitos?
La dopamina es una molécula clave en el cerebro, vinculada al placer y la motivación. Juega un papel esencial en la formación de hábitos, señalando los errores de predicción de recompensa y acción.
Los investigadores descubrieron que actúa de manera diferente según se trate de una recompensa esperada o de una acción repetida. Esta diferencia explica por qué algunos hábitos son tan difíciles de cambiar, incluso cuando ya no son gratificantes.
Estos avances ayudan a comprender mejor los mecanismos de las adicciones. Al dirigirse específicamente a las señales dopaminérgicas, se podrían imaginar nuevos tratamientos para modificar comportamientos.