🌋 El deshielo podría desencadenar supererupciones volcánicas

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Goldschmidt Conference
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La desaparición del hielo podría reactivar volcanes inactivos, según un estudio realizado en los Andes chilenos. Este fenómeno, observado durante mucho tiempo en Islandia, ahora se extendería a otros continentes debido al calentamiento global.

Durante décadas, los investigadores han estudiado las interacciones entre glaciares y volcanes. Un equipo internacional analizó seis volcanes chilenos, incluido el Mocho-Choshuenco, para comprender cómo el deshielo afecta su actividad. Sus resultados, presentados en la conferencia Goldschmidt, sugieren un mayor riesgo de erupciones explosivas en varias regiones del mundo.



Un mecanismo bajo presión


Durante la última glaciación, una gruesa capa de hielo comprimió las cámaras magmáticas, limitando las erupciones. Los análisis cristalográficos muestran que el magma, rico en sílice, se acumuló entre 10 y 15 km de profundidad.

El rápido deshielo hace 13.000 años liberó esta presión, provocando erupciones violentas. Los gases expandidos en el magma fragmentaron la roca, generando explosiones intensas. Este escenario podría repetirse hoy en la Antártida, donde un centenar de volcanes están cubiertos de hielo.

Consecuencias planetarias


A corto plazo, las erupciones liberan aerosoles que enfrían el clima. Sin embargo, su repetición podría acelerar el calentamiento mediante la emisión de gases de efecto invernadero. Los investigadores advierten sobre un círculo vicioso: el deshielo desencadena erupciones, que a su vez agravan el cambio climático.

Regiones como Alaska o Nueva Zelanda, que albergan volcanes subglaciales, requieren mayor vigilancia. Los datos isotópicos revelan que estos sistemas reaccionan con un retraso de siglos tras el deshielo, ofreciendo una ventana para anticipar riesgos.

Para profundizar: ¿Cómo la nieve sofoca los volcanes?


El peso colosal de los glaciares ejerce presión constante sobre la corteza terrestre, como una tapa sobre una olla a presión. Esta compresión impide que el magma ascienda y limita las erupciones. Estudios demuestran que una capa de hielo de 1.500 metros puede reducir a la mitad la actividad volcánica.

Cuando el hielo se derrite, esta presión disminuye bruscamente, liberando las fuerzas contenidas en las cámaras magmáticas. Los gases disueltos en el magma, como CO₂ y vapor de agua, se expanden, fragmentando la roca en millones de partículas. Este mecanismo explica por qué las erupciones posglaciales suelen ser más violentas y ricas en cenizas.

Este fenómeno se observó en Islandia tras la última glaciación, con un aumento de 30 veces en las erupciones. Hoy, la Antártida y otras regiones glaciares podrían seguir el mismo patrón. Los datos geoquímicos indican que este proceso tarda décadas o siglos, brindando un margen para anticipar peligros.
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