Un fenómeno más poderoso y frecuente que nunca podría alterar nuestro clima en 2050. Los científicos están dando la voz de alarma.
Los investigadores de la Universidad de Colorado publicaron recientemente resultados preocupantes. El calentamiento global amplifica los episodios extremos de El Niño. En 25 años, la mitad de estos eventos podrían alcanzar una intensidad nunca vista.
El último El Niño, ocurrido en 2023-2024, ya mostró signos de una potencia excepcional. Estos episodios ocurren cuando la temperatura del océano Pacífico supera en 0,5 °C su promedio. Pero se vuelve extremo cuando sobrepasa el umbral de 2 °C.
Desde la década de 1950, la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) ha registrado cuatro episodios extremos de El Niño. Cada uno de estos eventos ha provocado consecuencias devastadoras, desde inundaciones catastróficas hasta sequías severas, sin olvidar los récords de calor que han impactado diversos ecosistemas.
Las pérdidas humanas están aumentando de manera constante. Las pérdidas económicas, por su parte, suelen ascender a miles de millones de dólares, afectando a millones de personas en todo el mundo. Con el calentamiento global, los expertos están preocupados por la posibilidad de que la frecuencia y la intensidad de estos episodios de El Niño aumenten considerablemente.
Para reconstruir las temperaturas oceánicas pasadas, los investigadores recurrieron a fósiles de organismos marinos, los foraminíferos. Estos organismos preservan en sus conchas pistas precisas sobre la evolución climática de la Tierra. El modelo informático utilizado reveló una tendencia preocupante. Mientras que los episodios extremos eran raros durante la era glacial, su frecuencia aumenta paralelamente al incremento de las temperaturas globales.
El fenómeno se basa en un mecanismo clave: la retroalimentación de Bjerknes. Cuando el océano Pacífico se calienta, los vientos ecuatoriales se debilitan, lo que agrava aún más el calentamiento. Este círculo vicioso podría explicar la intensificación de El Niño.
Los científicos instan a actuar rápidamente para limitar el calentamiento a +1,5 °C. De lo contrario, las consecuencias climáticas podrían superar la capacidad de adaptación de las sociedades.
¿Qué es la retroalimentación de Bjerknes?
La retroalimentación de Bjerknes es un mecanismo climático complejo. Ocurre cuando una zona del océano Pacífico oriental se calienta, alterando los vientos dominantes. Estos vientos, que normalmente soplan de este a oeste, se debilitan cuando el agua se calienta.
Este fenómeno de retroalimentación es un círculo vicioso. A medida que los vientos se debilitan, el agua caliente se desplaza hacia el este, lo que provoca un calentamiento adicional del océano y debilita aún más los vientos. Este ciclo amplifica la intensidad de eventos climáticos como El Niño.
Esta retroalimentación explica por qué los eventos de El Niño se vuelven más frecuentes y extremos con el calentamiento global. Al alterar el equilibrio natural de los océanos y la atmósfera, la retroalimentación de Bjerknes podría contribuir a eventos meteorológicos más destructivos en el futuro.
¿Cómo revelan los foraminíferos el clima del pasado?
Los foraminíferos son microorganismos marinos unicelulares que construyen conchas de carbonato de calcio. Estas conchas, cuando se fosilizan, contienen información valiosa sobre las condiciones oceánicas del pasado.
Los isótopos de oxígeno presentes en sus conchas varían en función de la temperatura del agua en la que vivían. Al analizar estas variaciones isotópicas, los científicos pueden estimar las temperaturas del océano en diferentes períodos.
Esta técnica permite reconstruir el clima durante decenas de miles de años. Los investigadores utilizan estos datos para modelar los antiguos eventos de El Niño y comprender cómo evolucionan con los cambios climáticos globales.
¿Qué es la oscilación del sur de El Niño (ENSO)?
La oscilación del sur de El Niño (ENSO) es un ciclo climático que implica interacciones entre el océano y la atmósfera en el océano Pacífico. Este fenómeno se divide en tres fases: El Niño, La Niña y la fase neutral.
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1. El Niño: Esta fase se caracteriza por un calentamiento de las aguas superficiales del Pacífico central y oriental. Provoca modificaciones en los patrones meteorológicos mundiales, desencadenando eventos extremos como sequías o inundaciones.
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2. La Niña: A diferencia de El Niño, La Niña se caracteriza por un enfriamiento de las mismas aguas. Esto también puede causar impactos meteorológicos importantes, a menudo opuestos a los de El Niño, como lluvias más abundantes en algunas regiones y sequías en otras.
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3. Fase neutral: Entre estas dos fases, el clima puede estabilizarse sin alteraciones considerables, aunque aún pueden surgir condiciones atípicas.
El ENSO tiene un impacto significativo en el clima mundial, influyendo en las cosechas, los recursos hídricos e incluso los ciclones. Comprender este ciclo ayuda a predecir y gestionar los impactos de los eventos climáticos extremos.