El telescopio espacial James Webb (JWST) acaba de ofrecer a la humanidad la visión más extensa del Universo joven. Este mapa, que incluye cerca de 800.000 galaxias, cuestiona nuestros modelos sobre la formación de las primeras estructuras cósmicas.
Impulsado por la colaboración internacional COSMOS, este proyecto combina varios años de observaciones para cubrir el 98 % de la historia del Universo. Los datos, accesibles para todos a través de
este sitio, revelan una abundancia inesperada de galaxias y agujeros negros supermasivos en las primeras épocas cósmicas.
Un panorama cósmico sin precedentes
Con una resolución sin igual, el JWST ha escrutado una región del cielo equivalente a tres veces el tamaño aparente de la Luna. La imagen resultante, mucho más vasta que el famoso Hubble Ultra Deep Field, nos transporta hasta 13.500 millones de años en el pasado.
Los astrónomos buscaban contextualizar las galaxias primordiales en su entorno. Contrariamente a lo esperado, las zonas densas en galaxias aparecen mucho antes de lo previsto. Este descubrimiento sugiere una evolución más rápida de lo que predecían las simulaciones.
Los instrumentos infrarrojos del JWST han captado objetos invisibles para Hubble. Entre ellos, galaxias compactas y agujeros negros gigantes, cuya formación sigue siendo enigmática. Estas observaciones podrían requerir una revisión de las teorías sobre el ensamblaje de las primeras estructuras.
Enigmas por resolver
Los modelos cosmológicos predecían una escasez de galaxias en los primeros 500 millones de años después del Big Bang. Sin embargo, el JWST detecta diez veces más de lo esperado. Esta abundancia contradice nuestra comprensión de los procesos de formación estelar temprana.
La abundancia de luz producida tan pronto en el Universo plantea un problema físico. Las estrellas y los agujeros negros supermasivos parecen haber alcanzado tamaños improbables en un tiempo récord. Los investigadores exploran mecanismos alternativos, como un colapso gravitacional acelerado.
La publicación íntegra de los datos busca movilizar a la comunidad científica mundial. Ya hay equipos independientes analizando estos catálogos para rastrear anomalías o identificar fenómenos inéditos.