Una misteriosa tableta descubierta en Georgia podría revolucionar nuestro conocimiento sobre las antiguas escrituras del Cáucaso. Grabada en un basalto local, contiene 60 símbolos, de los cuales 39 son desconocidos, y parece pertenecer a un sistema de escritura nunca antes catalogado. Este hallazgo plantea interrogantes sobre la cultura y los intercambios en esta región de Asia Menor.
El artefacto fue descubierto cerca del lago Bashplemi, en la región de Dmanisi, un sitio arqueológico ya famoso por sus descubrimientos paleoantropológicos. La tableta, que mide 24,1 x 20,1 cm, probablemente data de finales de la Edad de Bronce o principios de la Edad de Hierro, según los objetos asociados encontrados en las cercanías. Estos últimos, como fragmentos de cerámica y herramientas de obsidiana, atestiguan una intensa actividad humana en esta zona.
Lo que intriga particularmente a los investigadores son los 39 símbolos únicos, que no corresponden a ningún otro sistema de escritura conocido. Los signos, grabados con gran precisión utilizando brocas y herramientas redondeadas, están dispuestos en siete líneas horizontales. Algunos símbolos se repiten, lo que sugiere que podrían representar números o puntuaciones, una posible indicación de su función.
La originalidad de estas inscripciones radica en su falta de correspondencia total con los sistemas de escritura de otras regiones, aunque se han detectado algunas similitudes con sistemas antiguos del Cercano Oriente, la India, Egipto y la Iberia occidental. Estas semejanzas parciales podrían indicar una influencia cultural o intercambios entre estas civilizaciones, pero la ausencia de correspondencias exactas deja abierta la posibilidad de que se trate de un sistema de escritura único o local.
Los investigadores han señalado que la tableta podría haber registrado eventos como hazañas militares, proyectos de construcción o rituales religiosos. Sin embargo, no hay ninguna certeza sobre su significado exacto. La hipótesis más plausible sigue siendo que se trata de un sistema de escritura utilizado en un contexto administrativo o ceremonial, del cual solo tenemos un breve vistazo.
Otra hipótesis se plantea: la de una escritura transitoria, tal vez precursora de sistemas posteriores como los alfabetos georgiano o albanés. El hecho de que algunos símbolos recuerden a los de estas escrituras antiguas añade una dimensión adicional al estudio.
Este descubrimiento enriquece la compleja historia del Cáucaso, una región estratégica situada en el cruce de caminos entre Asia y Europa. Aunque numerosos textos antiguos mencionan escrituras en la Cólquida (la actual Georgia occidental), hasta la fecha se han encontrado pocas pruebas directas.
El contexto geográfico del descubrimiento, ubicado en una meseta volcánica rodeada de colinas, parece haber desempeñado un papel clave en el desarrollo de esta antigua civilización. El sitio, sin embargo, poco explorado, revela una riqueza inesperada para comprender la historia de las sociedades caucásicas.
Los análisis del basalto, que es de origen local, han confirmado la autenticidad de la tableta. Marcas de desgaste sugieren que habitantes contemporáneos intentaron limpiarla sin darse cuenta de su valor histórico.
Este proyecto de desciframiento podría tener consecuencias importantes para la historia de las civilizaciones del Cáucaso y abrir una nueva era en el estudio de las escrituras antiguas de esta región estratégica. El descubrimiento de esta tableta plantea desafíos significativos para arqueólogos e historiadores y podría redefinir nuestra visión de la evolución de la escritura.