Estas bacterias intestinales serían responsables de la alimentación compulsiva y la obesidad

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Gut
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Científicos han identificado recientemente bacterias intestinales específicas responsables de la compulsión alimentaria, un descubrimiento que podría abrir la puerta a nuevos tratamientos contra la adicción a la comida y la obesidad. Este estudio destaca la influencia del microbiota intestinal en los comportamientos alimentarios y propone pistas prometedoras para la prevención y tratamiento de los trastornos alimentarios.


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Un equipo de investigación internacional ha descubierto que una cierta bacteria intestinal está asociada con el desarrollo de la adicción alimentaria en humanos y ratones, lo que a menudo conduce a la obesidad. Paralelamente, identificaron bacterias que juegan un papel beneficioso previniendo esta adicción. Según la profesora Elena Martín-García de la Universidad Pompeu Fabra en España, varios factores contribuyen a la adicción alimentaria, caracterizada por una pérdida de control en la ingesta de alimentos y desórdenes asociados como la obesidad y otros trastornos alimentarios.

El profesor Rafael Maldonado, líder del Laboratorio de Neurofarmacología de la misma universidad, subrayó que estos resultados permiten identificar nuevos biomarcadores de la adicción alimentaria. Estos descubrimientos también abren la posibilidad de utilizar bacterias beneficiosas como tratamientos potenciales para este comportamiento relacionado con la obesidad, para el cual actualmente no existe ningún tratamiento efectivo.

Para diagnosticar la adicción alimentaria, el equipo utilizó la escala de Yale sobre la adicción alimentaria, que incluye 35 preguntas. Estas preguntas fueron adaptadas para ratones, permitiendo medir la búsqueda persistente de alimentos, la alta motivación para obtener comida y el comportamiento compulsivo.

El estudio reveló un aumento de las bacterias del phylum Proteobacteria y una disminución de las bacterias del phylum Actinobacteria en ratones dependientes de la comida. Las mismas tendencias fueron observadas en 88 pacientes humanos, sugiriendo que ciertos microbiotas podrían proteger contra la adicción alimentaria.

Los investigadores administraron prebióticos, como lactulosa y ramnosa, a los ratones para aumentar la cantidad de Blautia en su intestino. Constataron una mejora notable en la adicción alimentaria. Resultados similares fueron obtenidos al administrar directamente una especie de Blautia llamada Blautia wexlerae.

Las firmas microbianas observadas en ratones y humanos indican que ciertas bacterias pueden tener efectos protectores contra el desarrollo de la adicción alimentaria. Estos resultados muestran la importancia de las interacciones entre el microbiota intestinal y el cerebro, revelando la complejidad de este trastorno conductual.

Finalmente, el equipo exploró el papel de los microARN (miARN) en la adicción alimentaria. Al inhibir miARN específicos en la corteza prefrontal medial de los ratones, pudieron aumentar la vulnerabilidad de los ratones a la adicción alimentaria. Estos miARN podrían, por tanto, actuar como factores protectores contra la adicción alimentaria, ofreciendo nuevas perspectivas para comprender la neurobiología de la pérdida de control alimentario.

Las investigaciones presentadas durante el Foro de la Federación de Sociedades Europeas de Neurociencias en Austria y publicadas en Gut muestran que la comprensión de las interacciones entre el comportamiento alimentario y las bacterias intestinales es esencial para desarrollar futuros tratamientos contra la adicción alimentaria y los trastornos asociados.
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