¿Y si un simple chaleco pudiera reducir a la mitad el esfuerzo necesario para ciertas tareas? Hyundai y Kia han desarrollado un dispositivo no motorizado que combina ligereza, robustez y eficiencia, ofreciendo así una valiosa asistencia mecánica sin necesidad de baterías.
El "X-ble Shoulder" es un exoesqueleto que se lleva como un chaleco. Con un peso de tan solo 1,9 kg, utiliza brazos de carbono capaces de absorber los esfuerzos musculares repetitivos. Según los fabricantes, disminuye la carga en los hombros en un 60 % y reduce la tensión muscular de los deltoides en un 30 %. Esta innovación promete jornadas laborales menos agotadoras.
A diferencia de otras soluciones motorizadas, este dispositivo apuesta por un mecanismo de compensación muscular. Su módulo patentado permite soportar hasta 700 000 movimientos anuales de flexión y extensión sin necesidad de recarga. Una hazaña posible gracias a su ingeniosa estructura multibrazo.
Existen dos versiones disponibles: una básica, diseñada para aligerar las manipulaciones, y una versión ajustable que soporta hasta 3,7 kg de masa. Esta última, especialmente indicada para tareas repetitivas, busca ofrecer una asistencia personalizada a los usuarios según sus necesidades específicas.
Inicialmente desarrollado para las líneas de producción de las dos marcas automotrices, el "X-ble Shoulder" se desplegará en sus fábricas a partir de 2025. Posteriormente, ambas empresas planean comercializarlo a escala mundial en 2026, especialmente en Europa y América del Norte.
Esta innovación forma parte de una gama más amplia de exoesqueletos desarrollada por Hyundai y Kia. El "X-ble Waist" se centra en trabajos que requieren levantar cargas pesadas, mientras que el "X-ble MEX" asiste a personas en rehabilitación motriz. Estos dispositivos reflejan el compromiso de las empresas por transformar las condiciones laborales.
El diseño modular del "X-ble Shoulder" permite un mantenimiento sencillo y una compatibilidad con diversas prendas profesionales. Además, su chaleco extraíble y lavable agrega una ventaja práctica para su uso prolongado en el día a día.
Más allá de los sectores automotriz y de la construcción, este exoesqueleto podría tener aplicaciones variadas, desde la agricultura hasta la aviación. El objetivo es claro: reducir los riesgos de lesiones musculoesqueléticas y mejorar la productividad al mismo tiempo que se preserva la salud de los trabajadores.
Los mercados de robots portátiles y exoesqueletos presentan un potencial enorme. Mordor Intelligence estima que podrían pasar de 2,5 a 10,25 mil millones de dólares para 2029. Hyundai y Kia esperan que su tecnología marque un paso decisivo en esta evolución.
¿Cómo funciona un exoesqueleto no motorizado?
Un exoesqueleto no motorizado se basa en mecanismos pasivos para ofrecer un apoyo específico a los movimientos del cuerpo. A diferencia de las versiones motorizadas, no requiere batería ni motor, lo que lo hace ligero y fácil de mantener.
El secreto radica en sus estructuras hechas de materiales avanzados, como el carbono, que absorben y redistribuyen los esfuerzos musculares. Estos componentes se adaptan a los movimientos para aligerar las cargas soportadas por el cuerpo, reduciendo así la fatiga.
Estos dispositivos suelen incluir módulos de compensación muscular. Estos utilizan estructuras multibrazo o resortes para generar asistencia sin intervención eléctrica, ofreciendo durabilidad y confiabilidad.
Con su diseño simple y modular, estos exoesqueletos encuentran aplicaciones variadas: aliviar a los trabajadores, prevenir lesiones o incluso asistir en rehabilitaciones motrices. Su efectividad radica en su capacidad para integrarse en la vida cotidiana sin depender de energía externa.