Este depredador descubierto en las profundidades pertenece a una especie y un género desconocidos 🧬

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Systematics and Biodiversity
Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
A 8.000 metros bajo las aguas del Pacífico, un depredador diminuto evoluciona en la oscuridad absoluta. Este descubrimiento, fruto de una reciente expedición científica, intriga por su carácter único y sus adaptaciones extremas.

La fosa de Atacama, situada a lo largo de las costas de Perú y Chile, es un abismo de biodiversidad insospechada. Con una profundidad de hasta 8.065 metros, es uno de los ecosistemas marinos más inaccesibles del mundo. Allí, las condiciones hostiles albergan especies que desafían la imaginación.


Fotografía post-conservación de Dulcibella camanchaca.
Holotipo hembra (MNHNCL AMP-15974).

Entre ellas, un crustáceo de tamaño sorprendente para su grupo, bautizado como Dulcibella camanchaca. Descubierto en 2023, este anfípodo es tanto una nueva especie como un nuevo género. Con sus cuatro centímetros, domina su entorno, un logro notable para un depredador de las profundidades.

Este crustáceo se distingue por sus apéndices robustos, que le permiten capturar presas más pequeñas. A diferencia de otros anfípodos de las fosas oceánicas, que suelen ser carroñeros, D. camanchaca es un cazador activo, ágil en las aguas heladas de la zona hadal.

El nombre de la especie evoca la oscuridad de los abismos y las culturas locales: camanchaca es un término andino que describe las nieblas frías del océano, mientras que Dulcibella hace eco de la musa de Don Quijote, Dulcinea, un guiño literario tradicional para este grupo de anfípodos.

El descubrimiento requirió equipos especializados, incluido un vehículo-lander capaz de operar bajo presiones colosales. Durante esta misión, se recogieron y analizaron genéticamente cuatro especímenes, confirmando su singularidad dentro de los anfípodos.

Los resultados de esta investigación, publicados en Systematics and Biodiversity, destacan la importancia de las fosas oceánicas como refugios de biodiversidad endémica. Estos entornos, aislados geográficamente, contienen ecosistemas únicos que en su mayoría aún permanecen inexplorados.


Fosa de Atacama a lo largo de la costa oeste de América del Sur (izquierda), donde el cuadro negro indica la región de muestreo (derecha).
El círculo rojo indica la estación lander de la expedición IDOOS 2023 (7.902 m) y la ubicación de Dulcibella camanchaca (7.902 m, 23°55′S, 71°27′O). El cuadro blanco indica el punto más profundo de la fosa de Atacama.

Los científicos estiman que la exploración continua de la fosa de Atacama podría revelar muchas más especies, ofreciendo pistas valiosas sobre las adaptaciones biológicas a condiciones extremas. Cada nuevo hallazgo también arroja luz sobre el impacto de las actividades humanas en estos ecosistemas.

Los abismos siguen siendo uno de los últimos bastiones inexplorados de nuestro planeta. Comprender su funcionamiento y preservar su equilibrio es crucial, no solo por su biodiversidad, sino también para anticipar las consecuencias del cambio climático y la contaminación.

¿Qué es la zona hadal?


La zona hadal se refiere a la parte más profunda de los océanos, situada a más de 6.000 metros bajo la superficie. Comprende principalmente fosas oceánicas como la de Atacama.

Esta región extrema se caracteriza por una oscuridad total, temperaturas cercanas a 0 °C y una presión inmensa, hasta 1.100 veces la presión al nivel del mar.

A pesar de estas condiciones hostiles, la zona hadal alberga organismos únicos, a menudo endémicos, adaptados para sobrevivir y prosperar en estas profundidades abisales.

Su exploración, posible gracias a tecnologías avanzadas, sigue revelando especies sorprendentes y esclareciendo los mecanismos de adaptación de la vida a entornos extremos.
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