En el sur de Francia, recientemente se ha descubierto un nuevo yacimiento de fósiles de importancia mundial. Este hallazgo, llevado a cabo por un par de entusiastas aficionados a la paleontología, Eric y Sylvie Monceret, ha revelado cerca de 400 fósiles de excepcional calidad, datados en aproximadamente 470 millones de años. Ubicado en la Montaña Negra, en el departamento de Hérault, este sitio, denominado biota de Cabrières, ofrece una visión única de los ecosistemas polares del Ordovícico inferior.
Reconstrucción del biota de Cabrières. Crédito Christian McCall
Los análisis realizados por científicos de la Universidad de Lausanne (UNIL) en colaboración con el CNRS y equipos internacionales han revelado la presencia de una diversidad notable de organismos. Artrópodos, cnidarios, algas y esponjas han sido identificadas entre los fósiles, ofreciendo así pistas sobre la composición de los ecosistemas marinos de la época. Este descubrimiento también sugiere que la región servía de refugio para las especies que escapaban de las altas temperaturas de las zonas ecuatoriales.
Según Farid Saleh, investigador de la UNIL y primer autor del estudio, este periodo de intenso calentamiento climático llevó a las comunidades polares a refugiarse en regiones de altas latitudes para escapar de las temperaturas extremas. Esta observación ofrece una importante perspectiva sobre las implicaciones del cambio climático actual.
Los especímenes descubiertos en Cabrières muestran una excepcional preservación, con elementos blandos como sistemas digestivos y cutículas perfectamente conservados. Las excavaciones, que continuarán durante varios años más, permitirán profundizar nuestro entendimiento de estos antiguos organismos gracias a técnicas de imagen innovadoras.
Crédito Farid Saleh - UNIL
Este descubrimiento también ofrece precisiones sobre la evolución de los ecosistemas marinos durante el Ordovícico. De hecho, la diversidad de taxones identificados, así como la presencia de fósiles que recuerdan a especies del Cámbrico, cuestionan nuestra comprensión de la evolución de la biodiversidad en ese periodo.
El descubrimiento del biota de Cabrières abre nuevas perspectivas en el campo de la paleontología marina. Destaca la importancia de los esfuerzos de investigación colaborativa entre aficionados apasionados y científicos profesionales para documentar y comprender nuestro pasado geológico.