Esto es lo que arriesgas al consumir fructosa en grandes cantidades 🍩

Publicado por Redbran,
Fuente: Universidad Laval
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La población mundial consume demasiada fructosa, un azúcar presente en muchos alimentos ultraprocesados como galletas o bebidas energéticas. Este exceso puede provocar diabetes tipo 2 y enfermedad del hígado graso. Un desequilibrio intestinal sería la causa, según un estudio del profesor Fernando Forato-Anhê, de la Facultad de Medicina de la Universidad Laval.


Utilizando un modelo de ratones, su equipo observó que el exceso de fructosa alteraba los detectores intestinales de glucosa, otra forma importante de azúcar en la dieta. "Normalmente, el intestino percibe la glucosa y adapta su capacidad de absorción en consecuencia, pero la alteración de este proceso provoca una absorción exagerada que conduce a una intolerancia a la glucosa o prediabetes, ya que el cuerpo no puede eliminar eficazmente el exceso de glucosa del torrente sanguíneo hacia los tejidos que la necesitan", explica el investigador, también afiliado al Instituto Universitario de Cardiología y Neumología de Quebec - Universidad Laval.

Su estudio ofrece un nuevo objetivo terapéutico, ya que la literatura científica solía suponer un defecto en la sensibilidad a la insulina, la hormona que ayuda al cuerpo a absorber la glucosa.

Los científicos utilizaron dos grupos de ratones: uno que solo comía glucosa y otro cuya dieta incorporaba tanto glucosa como un exceso de fructosa, imitando el consumo excesivo humano de este azúcar. Los efectos de una cantidad excesiva de fructosa fueron rápidos.

Una hormona implicada


La desregulación estaría causada por la hormona Glp2. En los ratones que consumían mucha fructosa, el equipo observó un aumento en la secreción de Glp2 que, a su vez, incrementa la absorción de glucosa.

Al bloquear el receptor de esta hormona, el Glp2r, los científicos lograron prevenir los efectos nocivos del consumo excesivo de fructosa, como el aumento de la absorción intestinal de glucosa, la aparición de intolerancia a la glucosa y la enfermedad del hígado graso. Sin embargo, en humanos, bloquear el receptor Glp2r no es tan simple, ya que su activación también podría desempeñar un papel beneficioso en el mantenimiento de la integridad de la barrera intestinal que protege contra la invasión microbiana, advierte el profesor Forato-Anhê.

Su equipo explorará vías terapéuticas relacionadas con el microbioma. El investigador menciona especialmente el uso de microbios intestinales que reaccionan a la fructosa. "Podrían 'enterrar' la secreción excesiva de la hormona Glp2, responsable de la absorción exagerada de glucosa que lleva a la intolerancia", precisa el investigador afiliado al Instituto de Nutrición y Alimentos Funcionales.

Además de las perspectivas de tratamiento, los resultados podrían ayudar en el diagnóstico de enfermedades. "Hemos demostrado que la capacidad intestinal de absorber glucosa aumenta antes de la aparición de la intolerancia a la glucosa. Podemos usarla como biomarcador temprano para identificar personas en riesgo de desarrollar diabetes e intervenir de manera más eficaz". El investigador sugiere especialmente el uso de análisis de sangre. "La prueba de absorción intestinal de glucosa ya se realiza en humanos, solo habría que aplicarla en un contexto diferente".

El estudio fue publicado en la revista científica Molecular Metabolism y aparece en la portada del número de marzo de 2025. Los firmantes son Eya Sellami, Paulo Henrique Evangelista-Silva, Caio Jordão Teixeira, Khoudia Diop, Patricia Mitchell y Fernando Forato Anhê.
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