Los sueños de viajes espaciales toman una nueva dimensión con el concurso Hyperion. Se invita a arquitectos e ingenieros a diseñar un hábitat autónomo, capaz de atravesar siglos en la inmensidad del cosmos. ¿10 000 dólares están en juego, te animas a participar?
El concepto de "nave generacional" es aparentemente simple, pero extremadamente complejo de implementar. Estas estructuras gigantes deberían albergar a varios cientos de personas durante períodos que pueden alcanzar los 250 años, el tiempo necesario para llegar a un exoplaneta potencialmente habitable. Su particularidad: mantener una sociedad autosuficiente mucho tiempo después de su lanzamiento.
Los límites de las tecnologías actuales complican las ambiciones interestelares. Los motores químicos, incluso optimizados, son demasiado lentos. Alternativas como la propulsión por fusión o por láser de luz prometen velocidades de hasta el 20 % de la velocidad de la luz, pero están aún lejos de ser económicamente viables para naves tripuladas.
Para sortear estos obstáculos, Hyperion propone imaginar estructuras capaces de satisfacer las necesidades humanas durante siglos. Estas “naves-mundo” incluirían hábitats terrestres simulados, gravedad artificial y sistemas de reciclaje avanzados para la gestión de recursos. Una misión que se sitúa tanto en el campo de la ciencia como en el de la sociología.
En el plano técnico, los desafíos no faltan. La nave debe proteger a sus pasajeros de las radiaciones cósmicas, los micrometeoritos y el polvo interestelar. El interior, por su parte, debe ser adaptable, garantizando condiciones de vida óptimas a pesar de la erosión de los materiales y la evolución de las necesidades a lo largo de varias generaciones.
El mantenimiento de la diversidad genética es otro desafío central. Las simulaciones indican que al menos 98 individuos son necesarios para evitar los efectos adversos de la consanguinidad. Un banco criogénico de material genético también podría resultar indispensable para garantizar la salud de las futuras generaciones.
Pero la tecnología no es suficiente. El concurso pone énfasis en los aspectos sociales: organización de la vida colectiva, preservación de las culturas y gestión de las tensiones en un espacio confinado. Cada participante deberá integrar especialistas en ciencias sociales para abordar estas problemáticas.
Una sociedad en un entorno cerrado inevitablemente perderá referencias vinculadas a la Tierra. ¿Cómo evitar que la tripulación olvide sus orígenes, sus valores o incluso su misión inicial? Los protocolos educativos y los archivos digitales seguramente serán esenciales para preservar esta memoria colectiva.
El concurso
Hyperion, patrocinado por la Initiative for Interstellar Studies (i4is), cierra sus inscripciones el 15 de diciembre. Con un premio de 10 000 dólares, no se trata solo de un ejercicio intelectual, sino de un medio para sentar las primeras bases de la colonización interestelar. Los proyectos seleccionados se anunciarán en junio de 2025: el ganador obtendrá 5 000 dólares, el segundo premio será de 3 000 dólares y el tercero de 2 000 dólares.