Las observaciones satelitales revelan una tendencia alarmante: las reservas de agua dulce están disminuyendo a un ritmo acelerado. Esta situación resulta del cambio climático, la sobreexplotación de acuÃferos y las sequÃas extremas. Los investigadores destacan el impacto mayor en la seguridad hÃdrica y la agricultura.
Los investigadores identificaron un punto de inflexión alrededor de 2014-2015, marcado por eventos climáticos extremos. Desde entonces, las regiones secas se expanden principalmente en el hemisferio norte, invirtiendo una tendencia histórica. Esta oscilación no señalada anteriormente empeora la situación en zonas ya vulnerables.
Las consecuencias de este secado continental son múltiples: amenazas a la biodiversidad, inseguridad alimentaria e inestabilidad social. La adaptación a estos cambios es crucial para las generaciones futuras.