Los alimentos ultraprocesados aumentan el riesgo de muerte. Esto es lo que revela un estudio llevado a cabo durante 30 años en los Estados Unidos, publicado en
The BMJ. Los productos listos para consumir a base de carne, aves, mariscos, bebidas azucaradas, postres lácteos y alimentos de desayuno son los más afectados.
Los alimentos ultraprocesados incluyen productos listos para consumir, refrescos, cereales azucarados, productos de panadería empaquetados y snacks. A menudo contienen colorantes, emulsionantes, aromas y otros aditivos, y son ricos en energía, azúcar añadido, grasas saturadas y sal, pero pobres en vitaminas y fibra.
Las pruebas se acumulan sobre los riesgos aumentados de obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer colorrectal relacionados con estos alimentos. Sin embargo, pocos estudios han examinado los vínculos a largo plazo con las muertes por todas las causas y específicas.
Los investigadores siguieron la salud de 74,563 enfermeras y 39,501 profesionales de la salud masculinos, sin antecedentes de cáncer, enfermedades cardiovasculares o diabetes. Los participantes proporcionaron información sobre su salud y hábitos de vida cada dos años, y un cuestionario alimenticio detallado cada cuatro años. La calidad global de la alimentación se evaluó mediante la puntuación AHEI-2010.
Durante 34 años de seguimiento en promedio, los investigadores identificaron 48,193 muertes, de las cuales 13,557 fueron debidas al cáncer, 11,416 a enfermedades cardiovasculares, 3,926 a enfermedades respiratorias y 6,343 a enfermedades neurodegenerativas.
Comparado con los participantes que consumían menos alimentos ultraprocesados (3 porciones por día en promedio), aquellos que consumían más (7 porciones por día en promedio) tenían un riesgo total de muerte aumentado en un 4%, y un riesgo de muerte neurodegenerativa aumentado en un 8%.
Las asociaciones entre el consumo de alimentos ultraprocesados y la mortalidad varían según los grupos de alimentos. Los productos a base de carne, aves y mariscos estaban más fuertemente asociados, seguidos de las bebidas azucaradas y los postres lácteos.
La asociación era menos pronunciada teniendo en cuenta la calidad global de la alimentación, lo que sugiere que esta última tiene una mayor influencia en la salud a largo plazo.
Este estudio es observacional y no permite sacar conclusiones definitivas sobre la causalidad. Los autores subrayan que la clasificación de los alimentos ultraprocesados no captura toda la complejidad del procesamiento de alimentos, lo que conlleva a una posible clasificación errónea. Además, siendo los participantes profesionales de la salud, la generalización de los resultados es limitada.
Los investigadores insisten en que no todos los alimentos ultraprocesados deben restringirse universalmente y desaconsejan simplificar excesivamente las recomendaciones dietéticas.