Investigadoras de la Universidad McGill han confirmado una hipótesis de larga data: una simple mirada puede transmitir información sobre el estado de ánimo de una persona, sin que se pronuncie una sola palabra. Sugieren que esta habilidad primitiva pudo haber jugado un papel clave en la supervivencia del ser humano en épocas en las que emitir un sonido podía atraer depredadores.
"Desde hace mucho tiempo, el humano vive en grupos y en una organización social compleja. Creemos que es por esta razón que su cerebro ha desarrollado la capacidad de concentrarse en las señales sociales transmitidas por los rostros, y especialmente por los ojos", explica Jelena Ristic, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad McGill, quien trabaja en este campo desde hace más de 20 años. "Es un sistema que ha evolucionado para permitir intercambios rápidos de información social compleja."
"La capacidad de seguir la mirada se considera un pilar fundamental del desarrollo social y del comportamiento humano. Nos ayuda a entender lo que otros piensan, miran o desean, así como a establecer una conexión mental con ellos. Por eso miramos espontánea y rápidamente en la misma dirección que la mirada de los demás. Incluso los niños pequeños y los primates lo hacen", añade.
La capacidad de descifrar intenciones en la mirada
Jelena Ristic es la autora principal de un artículo científico que describe una serie de experimentos aparentemente simples. Los participantes vieron videos en los que personas miraban hacia la derecha o hacia la izquierda. A veces, se les pedía a estas personas que miraran en una dirección específica, mientras que otras veces eran libres de elegir hacia dónde mirar. Los videos se interrumpían justo antes de que las personas movieran los ojos, y los observadores debían predecir la dirección de la próxima mirada.
El estudio revela que cuando las personas orientaban libremente su mirada (fenómeno denominado por las investigadoras como "miradas intencionales"), la precisión de las predicciones de los observadores permanecía sin cambios. Sin embargo, los observadores que lograban predecir correctamente la dirección de la mirada lo hacían más rápidamente.
En otras palabras, los observadores eran capaces de percibir las intenciones en la mirada incluso antes de que se realizara una acción.
"La rapidez de las respuestas sugiere que los observadores tardan menos tiempo en reconocer los movimientos oculares intencionales y en reaccionar a ellos. Estas conclusiones también muestran cuán sensibles somos a la información sobre el estado mental y las intenciones transmitidas por la mirada", explica Florence Mayrand, estudiante de doctorado en el Departamento de Psicología y autora principal del artículo.
Las características de los movimientos oculares podrían proporcionar pistas sobre las intenciones
Para entender por qué los observadores adivinaban más rápidamente la dirección de la mirada cuando las personas eran libres de elegir, las investigadoras analizaron los movimientos visibles en los videos. Observaron más movimientos alrededor de los ojos justo antes del desplazamiento de la mirada cuando las personas elegían libremente hacia dónde mirar que cuando seguían una orden. Las investigadoras dedujeron que las miradas intencionales se caracterizan por patrones específicos de movimientos oculares.
Para determinar si las miradas intencionales presentan propiedades físicas particulares a las que las personas son naturalmente sensibles, las investigadoras están midiendo actualmente, con un nuevo grupo de participantes, la velocidad, la trayectoria, la duración, el número y las características de los parpadeos asociados con miradas intencionales y no intencionales.
Una vez recopilados estos datos, buscarán saber si estas propiedades fundamentales varían según la intención de la persona que mira en una dirección (por ejemplo, si busca engañar o ayudar a otra persona). También estudiarán el desarrollo de la capacidad de percibir intenciones en la mirada, así como los mecanismos cerebrales subyacentes.
Además, buscarán determinar si personas con dificultades sociales, como adultos o niños autistas o con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), son más o menos sensibles a las intenciones en la mirada.
El estudio
El artículo "Intentional looks facilitate faster responding in observers", escrito por Florence Mayrand, Sarah D. McCrackin y Jelena Ristic, ha sido publicado en
Communications Psychology.
DOI: https://doi.org/10.1038/s44271-024-00137-x