Nuestra comprensión de la propagación de la peste negra a través de Asia se ha basado durante siglos en una interpretación errónea de un relato literario medieval. Esta revelación trastorna las certezas establecidas respecto a uno de los episodios más mortíferos de la historia humana.
Los investigadores han identificado el origen de este equívoco en un texto árabe del siglo XIV escrito por el poeta e historiador Ibn al-Wardi. Esta obra, una "maqâma", pertenece a un género literario caracterizado por relatos que presentan personajes itinerantes con aventuras a menudo ficticias. Progresivamente, los lectores transformaron esta creación artística en un informe histórico, estableciendo así una visión distorsionada de la progresión real de la epidemia a través de los continentes.
Las creencias sobre la propagación rápida de la peste negra en Asia provienen de un relato literario árabe antiguo, no de hechos históricos. Imagen de ilustración Pixabay
La teoría llamada del "tránsito rápido" sugería que la bacteria responsable había recorrido 5.000 kilómetros en menos de diez años desde Asia Central hasta las orillas del Mar Negro y del Mediterráneo. Esta hipótesis, ampliamente influenciada por el relato de Ibn al-Wardi, representaba la peste como un viajero implacable devastando sucesivamente China, India, Persia antes de alcanzar Oriente Medio. Los nuevos análisis muestran que esta visión dramática corresponde más a una alegoría literaria que a la realidad epidemiológica.
El estudio dirigido por Muhammed Omar y Nahyan Fancy demuestra cómo esta confusión se propagó a través de los siglos. Los historiadores árabes del siglo XV y luego sus homólogos europeos transformaron progresivamente esta ficción en verdad histórica. El profesor Fancy compara esta situación a una telaraña donde todos los hilos de los mitos sobre la peste negra convergen hacia este texto único, creando un relato falaz que ha persistido hasta nuestros días.
La tradición de las maqâmas, forma literaria árabe inventada en el siglo X, conocía un gran éxito en la época mameluca. Estos textos estaban concebidos para ser leídos integralmente durante una sola sesión, mezclando a menudo realidad y ficción. Varias maqâmas tratando de la peste fueron compuestas durante la epidemia de 1348-1349, ofreciendo un testimonio precioso sobre los mecanismos psicológicos desplegados por las poblaciones para enfrentar esta catástrofe sin precedentes.
Estos escritos literarios nos informan menos sobre la progresión geográfica real de la enfermedad que sobre las reacciones humanas frente a la angustia colectiva. Revelan cómo la creatividad artística podía constituir una estrategia de adaptación frente a la amplitud de la mortalidad, similar a los fenómenos observados durante crisis sanitarias más recientes. Esta nueva perspectiva abre vías de investigación sobre la memoria de las epidemias anteriores y su impacto duradero en las sociedades medievales.
La peste negra: una catástrofe demográfica
La peste negra representa una de las pandemias más devastadoras de la historia humana. Entre 1347 y 1351, habría causado la muerte del 30 al 50% de la población europea, es decir, aproximadamente 25 millones de personas. Esta hecatombe demográfica transformó profundamente las estructuras sociales y económicas de la Edad Media.
La enfermedad era causada por la bacteria Yersinia pestis, transmitida al hombre por las pulgas de los roedores, principalmente las ratas. Existían tres formas principales de peste: bubónica, septicémica y pulmonar, esta última siendo particularmente contagiosa y mortal. Los síntomas incluían fiebre elevada, escalofríos, y la aparición de bubones característicos en las ingles y las axilas.
Las consecuencias sociales fueron inmensas: colapso de los sistemas agrícolas, desorganización de los intercambios comerciales, y trastornos religiosos. La mortalidad masiva mejoró paradójicamente las condiciones de vida de los supervivientes al crear una escasez de mano de obra, permitiendo a los campesinos negociar mejores salarios.
Las recurrencias de la peste marcaron las mentalidades europeas durante cerca de cuatro siglos, hasta la última gran epidemia en Marsella en 1720. Esta larga coexistencia con la enfermedad influyó profundamente en el arte, la literatura y las representaciones colectivas de la muerte en la cultura occidental.
Las maqâmas: joyas de la literatura árabe medieval
Las maqâmas constituyen un género literario árabe clásico que conoció su apogeo entre los siglos X y XIV. Estas obras se caracterizan por su estructura narrativa mezclando prosa rimada y versificación, a menudo centradas en las aventuras de un héroe vagabundo con talentos de elocuencia notables.
El género fue perfeccionado por maestros como Al-Hariri de Basora, cuyas maqâmas eran estudiadas en todas las madrasas del mundo musulmán. Cada relato combina hábilmente instrucción moral, virtuosismo lingüístico y sátira social, reflejando la sofisticación de la civilización arabo-islámica medieval.
La performance oral jugaba un papel crucial en la difusión de las maqâmas. Los narradores profesionales las interpretaban en las plazas públicas, adaptando su declamación al público presente. Esta tradición viva participaba en la transmisión del saber y en la educación popular en las sociedades urbanas medievales.
Más allá de su valor artístico, las maqâmas ofrecen una ventana única sobre la vida cotidiana, las preocupaciones morales y las tensiones sociales de su época. Su estudio permite comprender cómo las sociedades medievales concebían la relación entre ficción y realidad, entre entretenimiento y enseñanza.