🌟 Primera observación de una eyección de masa coronal en otra estrella

Publicado por Adrien,
Fuente: Nature
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Las erupciones estelares extremas siempre han cautivado a los astrónomos, pero observar tales fenómenos en otras estrellas había sido hasta hoy un objetivo esquivo.

Gracias al satélite XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea, un equipo ha logrado un avance al detectar por primera vez una eyección de masa coronal proveniente de una estrella enana roja. Este descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre el comportamiento violento de las estrellas.


Una impresión de artista de una gran estrella roja liberando una explosión luminosa. Patrones arremolinados rojos y naranjas rodean la estrella, evocando una actividad intensa. Al fondo, un pequeño planeta azul con una estela vaporosa indica que su atmósfera está siendo arrastrada.
Crédito: Olena Shmahalo/Callingham et al.

Esta eyección de masa coronal se distingue por su densidad y su velocidad impresionante, alcanzando 2.400 kilómetros por segundo. Tal velocidad, rara incluso para las erupciones solares, posee la energía necesaria para arrancar la atmósfera de planetas que orbitan cerca. Las implicaciones para los mundos extrasolares son considerables, ya que esto cuestiona su capacidad para mantener condiciones propicias para la vida.

La detección fue posible gracias al radiotelescopio LOFAR, que captó señales de radio típicas de los choques provocados por las eyecciones de masa coronal. Combinando estos datos con los de XMM-Newton, los investigadores pudieron confirmar la naturaleza del evento y estudiar las características de la estrella anfitriona. Este enfoque colaborativo fue esencial para validar la observación.

La estrella en cuestión, situada a unos 130 años luz, presenta una masa equivalente a la mitad de la del Sol pero gira sobre sí misma veinte veces más rápido. Su campo magnético, trescientas veces más potente que el de nuestra estrella, explica la intensidad de la erupción. Estas propiedades extremas son comunes en las enanas rojas, las estrellas más extendidas en la galaxia.

Esta observación influye directamente en la definición de los planetas habitables, más allá de la simple presencia en la zona templada. Incluso un mundo posicionado idealmente puede ver su atmósfera destruida por violentas erupciones estelares, comprometiendo cualquier posibilidad de vida. Los criterios de habitabilidad deben por tanto integrar la actividad magnética de las estrellas.

Los resultados de este estudio, publicados en Nature, subrayan la importancia de las misiones espaciales como XMM-Newton para explorar los fenómenos estelares. En el futuro, tales descubrimientos podrían ayudar a afinar la búsqueda de vida extraterrestre identificando los sistemas donde los planetas tienen una oportunidad de conservar su atmósfera a pesar del entorno hostil.

Las eyecciones de masa coronal


Las eyecciones de masa coronal, o CME, son explosiones masivas de plasma y campo magnético provenientes de la corona estelar. Ocurren cuando la energía magnética acumulada en la superficie de una estrella se libera súbitamente, lanzando partículas cargadas al espacio. Este fenómeno es bien conocido en el Sol, donde puede provocar auroras boreales en la Tierra, pero también afecta a otras estrellas.

Cuando una CME colisiona con un planeta, puede interactuar con su atmósfera y su campo magnético. Si el planeta no tiene suficiente protección, la erupción puede erosionar o incluso destruir su atmósfera, haciendo la superficie inhóspita. Esto explica por qué los astrónomos estudian estos eventos para evaluar la habitabilidad de los exoplanetas, especialmente alrededor de estrellas activas.

La detección de CME en otras estrellas se basa en métodos avanzados como la radioastronomía, que capta las ondas emitidas durante los choques. Estas señales permiten confirmar que material ha abandonado la estrella, sin lo cual la observación seguiría siendo indirecta. Comprender estas erupciones ayuda a prever las condiciones espaciales alrededor de los sistemas estelares lejanos.

Las investigaciones sobre las CME extra-solares enriquecen nuestro conocimiento de la meteorología espacial y su impacto en la vida. Identificando las estrellas más turbulentas, los científicos pueden enfocar mejor los planetas donde los entornos son estables, acelerando así la búsqueda de biofirmas en el Universo.

La zona habitable de las estrellas


La zona habitable, también llamada zona de Ricitos de Oro, es la región alrededor de una estrella donde las temperaturas permiten que el agua permanezca en estado líquido en la superficie de un planeta. Esta condición se considera esencial para el desarrollo de la vida tal como la conocemos. Sin embargo, la posición en esta zona no garantiza la habitabilidad, pues otros factores entran en juego.

La actividad estelar, como las erupciones y los vientos solares, puede afectar gravemente la atmósfera de un planeta. Si la estrella emite frecuentemente CME potentes, incluso un planeta en la zona habitable puede perder su atmósfera bajo el efecto de las radiaciones y las partículas energéticas. Así, el estudio de estrellas activas, como las enanas rojas, es crucial para evaluar los riesgos.

Las enanas rojas, al ser las estrellas más comunes, albergan numerosos exoplanetas potenciales. Su longevidad y pequeño tamaño las hacen atractivas para la búsqueda de vida, pero su fuerte actividad magnética plantea desafíos. Las observaciones recientes muestran que sus CME pueden ser más intensas que las del Sol, reduciendo las oportunidades de habitabilidad para los planetas cercanos.

Para afinar la búsqueda, los astrónomos combinan datos sobre la zona habitable con mediciones de la actividad estelar. Esto permite crear modelos más precisos para identificar los mundos donde la vida podría persistir, teniendo en cuenta no solo la distancia a la estrella, sino también su comportamiento errático y sus impactos en el entorno planetario.
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