Indicios intrigantes apuntan hacia una actividad humana en América del Sur mucho antes de lo que se pensaba.
Se encontraron marcas de corte en las vértebras caudales del espécimen CRS-10: en la CV4, se observa una marca corta, profunda y en V, marcas de corte, una marca de raspado y marcas de corte en V alargadas; en la CV5, marcas de corte en el proceso neural, conos hertzianos y una marca lineal en el cuerpo de la vértebra; en la CV6, marcas lineales en el proceso transverso izquierdo, con detalles que muestran conos hertzianos y microstrías.
Crédito: Del Papa et al., 2024, PLOS ONE, CC-BY 4.0
Huesos de gliptodontes, gigantescas criaturas similares a los armadillos, presentan marcas de corte de hace 20,000 años, lo que desafía nuestro conocimiento sobre la llegada de los primeros humanos al continente.
Durante el Pleistoceno, un periodo glacial marcado por enormes capas polares, los primeros humanos habrían llegado a América a través de un puente terrestre entre Siberia y Alaska, mucho antes de los 13,000 años generalmente estimados. Sitios arqueológicos en América del Norte y del Sur, descubiertos recientemente, adelantan esta fecha de llegada.
Un estudio publicado el 17 de julio en
PLOS One revela marcas de corte en los restos fosilizados de un gliptodonte, descubiertas en la región pampeana de Argentina. Estos huesos de
Neosclerocalyptus, datados entre 21,090 y 20,811 años, constituyen uno de los ejemplos más antiguos de interacciones entre humanos y megafauna en América del Sur.
Los huesos encontrados cerca de Buenos Aires incluyen fragmentos de la pelvis, la cola y el caparazón. El análisis con carbono 14 y la datación de los sedimentos confirman la antigüedad de estos restos. Para verificar el origen humano de las marcas, los investigadores utilizaron fotografías y escaneos 3D, revelando incisiones en V, características del uso de herramientas de piedra.
Ilustración de un esqueleto de Neosclerocalyptus mostrando los elementos esqueléticos marcados en azul claro.
Crédito: Del Papa et al., 2024, PLOS ONE, CC-BY 4.0
Los investigadores descartaron otras posibles causas de las marcas, como depredadores o erosión natural, gracias a un análisis minucioso de los huesos. Las secuencias de corte en diferentes partes del cuerpo del gliptodonte indican un proceso de carnicería sofisticado, sugiriendo que los humanos de la época utilizaban la carne de los músculos de la pelvis y la cola para alimentarse.
El estudio avanza que los gliptodontes, que pesaban alrededor de 300 kilos, eran objetivos escogidos por su gran cantidad de carne. Este descubrimiento adelanta en 6,000 años la presencia humana y sus interacciones con la megafauna en América del Sur en comparación con los sitios registrados previamente.
Aunque este estudio aporta pruebas convincentes, la ausencia de herramientas encontradas en el sitio llama a más investigaciones. Los autores subrayan la necesidad de vincular más estrechamente los huesos fosilizados con marcas de corte y los archivos arqueológicos para confirmar estos hallazgos.
Interpretación artística del corte de un gliptodonte por humanos de la edad de hielo en Argentina, hace unos 20,000 años.
Crédito: Damián Voglino, Museo de Ciencias Naturales A. Scasso (Colegio Don Bosco), San Nicolás de los Arroyos, Provincia de Buenos Aires, CC-BY 4.0