Estructuras enigmáticas en Venus podrían revelar una actividad insospechada. Estas formaciones, llamadas coronae, son estructuras circulares u ovaladas gigantescas, que miden hasta varios cientos de kilómetros de diámetro.
Mapa global que muestra 75 estructuras circulares llamadas coronae, identificadas gracias a los datos de gravedad de la nave Magallanes. Estas coronae están dibujadas según su posición y tamaño. El color y el relleno indican su forma y el tipo de anomalía gravitacional detectada. Las coronae con una anomalía gravitacional positiva se consideran activas, lo que significa que podrían estar aún vinculadas a movimientos internos del planeta. Tres ejemplos ilustran los diferentes tipos de coronae activas, a partir de imágenes de radar de superficie tomadas por Magallanes.
Un equipo internacional ha modelado los procesos internos de Venus para entender la formación de las coronae. Sus simulaciones, contrastadas con los datos de la misión Magallanes, sugieren una actividad tectónica más intensa de lo previsto. La gravimetría ha permitido identificar plumas de materiales menos densos bajo la superficie.
De las 75 coronae estudiadas, 52 presentan señales de actividad reciente. Este descubrimiento implica que Venus podría ser geológicamente activo hoy en día. Los mecanismos en juego incluyen la subducción y el flujo litosférico, procesos similares a los observados en la Tierra.
Los investigadores consideran varios escenarios para explicar estas formaciones. Uno de ellos implica plumas del manto que, al ascender, provocarían erupciones volcánicas y deformaciones de la corteza. Estos procesos podrían esclarecer la historia geológica de la Tierra antes de la aparición de la tectónica de placas.
La misión VERITAS, prevista para 2031, promete aportar respuestas más precisas. Sus instrumentos permitirán obtener imágenes y datos gravimétricos de mucha mejor resolución. Esto podría marcar un punto de inflexión en nuestra comprensión de Venus y de los planetas telúricos en general.
Imagen de radar de una corona llamada Aine Corona, situada en una llanura al sur de Aphrodite Terra. Esta estructura mide aproximadamente 200 km de diámetro. Crédito: NASA/JPL
Este estudio, publicado en Science Advances, abre nuevas perspectivas sobre la dinámica interna de los planetas. Destaca la importancia de explorar Venus para entender mejor los mecanismos que han moldeado la Tierra y otros mundos rocosos.
¿Cómo se forman las coronae en Venus?
Las coronae son el resultado de la interacción entre las plumas del manto y la litosfera de Venus. Estas plumas, compuestas de materiales calientes y menos densos, ascienden hacia la superficie, creando deformaciones circulares.
Representación artística de la corona Quetzalpetlatl, con una zona de subducción y actividad volcánica. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Peter Rubin
La litosfera, rígida y fría, se fisura y deforma bajo la presión. Este proceso puede provocar la formación de fracturas concéntricas y relieves, característicos de las coronae.
En la Tierra, fenómenos similares pudieron ocurrir antes del establecimiento de la tectónica de placas. Las coronae de Venus ofrecen así un análogo para estudiar las primeras etapas de la evolución geológica de los planetas.
La diversidad de las coronae sugiere que pueden intervenir varios mecanismos, incluyendo la subducción y el flujo litosférico. Estos procesos testimonian la complejidad de la dinámica interna de Venus.
¿Por qué Venus es tan diferente geológicamente de la Tierra?
Venus y la Tierra tienen tamaños y composiciones similares, pero sus evoluciones geológicas han divergido. La ausencia de tectónica de placas en Venus es una de las principales diferencias.
La atmósfera densa y caliente de Venus impide una pérdida eficaz de calor, lo que podría explicar la ausencia de placas tectónicas móviles. El calor se acumula, favoreciendo episodios de resurfacamiento masivo.
Las coronae y otras estructuras geológicas de Venus indican una actividad interna importante, pero diferente a la de la Tierra. Estas diferencias podrían estar vinculadas a la historia térmica y a la composición del planeta.