Mediante un nuevo método de laboratorio desarrollado por investigadores de la Universidad McGill, se han identificado nueve moléculas cuyas concentraciones eran elevadas en la sangre de adolescentes diagnosticados con depresión. Gracias a estas moléculas, el equipo de investigación también logró predecir la evolución de los síntomas.
Los resultados del estudio clínico podrían permitir detectar la enfermedad antes de que los síntomas empeoren y sean difíciles de tratar.
"Es alarmante ver que cada vez más adolescentes reciben un diagnóstico de depresión, y cuando esta comienza temprano, sus efectos pueden ser graves y duraderos", señala Cecilia Flores, autora principal, profesora James-McGill en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad McGill, investigadora en el Centro de Investigación Douglas e investigadora principal en el Centro Ludmer. "Los adolescentes con depresión tienen más probabilidades de sufrir problemas de adicción, aislamiento social y síntomas que a menudo son difíciles de tratar."
Curiosamente, las nueve moléculas, llamadas "microARN", no se han asociado con la depresión en adultos, lo que sugiere que reflejan procesos biológicos específicos de los adolescentes.
Un enfoque poco invasivo y escalable
Realizado en colaboración con la Universidad de California en Los Ángeles y la Universidad Stanford, el estudio incluyó a 62 adolescentes: 34 con depresión y 28 sin ella. Los investigadores tomaron pequeñas muestras de sangre, las dejaron secar y luego las congelaron para preservar su integridad molecular. Estas muestras, fáciles de almacenar y transportar, se obtienen mediante un simple pinchazo en el dedo, un método práctico y escalable.
Fue el equipo de la Universidad McGill el que desarrolló el método de laboratorio utilizado para extraer y analizar los microARN de las muestras.
"Nuestros resultados abren el camino para el uso de gotas de sangre seca en la investigación psiquiátrica. Es una forma conveniente y poco invasiva de detectar cambios biológicos tempranos relacionados con la salud mental", explica Alice Morgunova, autora principal y becaria posdoctoral en la Universidad McGill.
El diagnóstico de la depresión se basa principalmente en los síntomas reportados por los jóvenes afectados, lo que, según los autores, puede retrasar el tratamiento, especialmente si los adolescentes no reconocen los signos o no están dispuestos a hablar de ello. Una prueba de detección sanguínea podría ser una medida adicional y más objetiva para identificar a los adolescentes vulnerables.
Los investigadores planean validar sus hallazgos en grupos más grandes de adolescentes y explorar posibles vínculos entre estos microARN y los factores de riesgo genéticos y ambientales.