🐋 Hace 20.000 años, el hombre fabricaba herramientas con huesos de ballena

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature Communications
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Hace 20.000 años, los humanos transformaron los restos de ballenas varadas en armas y herramientas. Este descubrimiento arroja nueva luz sobre las estrategias de supervivencia de las poblaciones costeras del Paleolítico.

Un estudio internacional, publicado en Nature Communications, revela que grupos humanos en Europa explotaban los recursos marinos mucho antes de lo que se pensaba. Al analizar herramientas de hueso procedentes de 26 yacimientos arqueológicos, los investigadores identificaron cinco especies de ballenas utilizadas para fabricar puntas de proyectiles y armas.



Herramientas marinas para cazar en tierra


Los huesos estudiados proceden principalmente de cachalotes, rorcuales y ballenas grises. Su estructura densa y recta los hacía ideales para tallar armas robustas. Estas herramientas servían para cazar animales terrestres como renos y bisontes, mostrando una adaptación ingeniosa a los recursos disponibles.

Los análisis isotópicos indican que estas ballenas tenían dietas diferentes a las actuales. Los cachalotes se alimentaban principalmente de calamares, mientras que las ballenas grises escarbaban en los fondos marinos cerca de la costa. Estos datos ofrecen una visión inédita de la ecología marina prehistórica.

La cueva de Santa Catalina, en España, ha proporcionado huesos sin trabajar pero intencionalmente fracturados. Los investigadores sugieren que se utilizaban para extraer su grasa, un recurso vital durante las glaciaciones.

Un vínculo antiguo entre el hombre y el mar


Los humanos probablemente no cazaban ballenas activamente, sino que aprovechaban los varamientos. El transporte de estos huesos a lo largo de varios kilómetros demuestra su valor económico y simbólico. Esta práctica revela una explotación sistemática de los recursos costeros mucho antes del surgimiento de la pesca en alta mar.

El estudio también destaca cambios culturales. Después de 16.000 años, el uso de huesos de ballena disminuye, quizás debido a la evolución de las redes de intercambio o de los modos de vida. Sin embargo, su presencia en yacimientos del interior muestra la importancia de los desplazamientos y los intercambios a larga distancia.

Estos hallazgos cuestionan la idea de una economía paleolítica exclusivamente terrestre. Ilustran la capacidad de adaptación de las sociedades prehistóricas frente a las limitaciones ambientales.

Para saber más: ¿cómo se identifican las especies a partir de huesos antiguos?


El método ZooMS (Zooarqueología por Espectrometría de Masas) se basa en el análisis de secuencias de colágeno, una proteína presente en los huesos. Cada especie animal posee una firma peptídica única, comparable a una huella digital molecular. Esta técnica permite identificar fragmentos óseos incluso cuando están demasiado dañados o incompletos para un estudio morfológico clásico.

La principal ventaja de ZooMS radica en su rapidez y bajo consumo de material. Solo 10 mg de hueso bastan para obtener resultados fiables, preservando así las valiosas muestras arqueológicas. Los investigadores comparan luego los espectros obtenidos con una base de datos de referencia que contiene los perfiles de colágeno de diferentes especies.

Este enfoque mejora el estudio de artefactos antiguos, especialmente para huesos marinos a menudo fragmentados. En este estudio, permitió distinguir especies cercanas como las ballenas francas y las ballenas boreales, imposibles de diferenciar mediante simple observación. Combinada con la datación por carbono 14, ofrece una ventana precisa sobre las interacciones entre el hombre y la fauna marina prehistórica.
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