Un equipo de investigadores ha descubierto restos de plantas en el abdomen de un saurópodo, proporcionando una prueba directa de su dieta herbívora. Este hallazgo, en un fósil que data de hace 94 a 101 millones de años, revela una diversidad de plantas consumidas y un papel clave de los microbios intestinales para la digestión.
Reconstrucción artística de Diamantinasaurus matildae alimentándose. Crédito: Travis Tischler
Los saurópodos, estos colosos del Mesozoico, dominaron los ecosistemas terrestres durante millones de años. Su dieta, durante mucho tiempo supuesta herbívora, solo se había deducido hasta ahora a partir de su anatomía. El descubrimiento de contenido intestinal fosilizado cambia las reglas del juego.
El análisis de las plantas encontradas muestra que estos dinosaurios no masticaban su comida. Dependían de la fermentación por su microbioma intestinal para digerir. Este modo de alimentación a granel les permitió prosperar durante 130 millones de años.
Entre las plantas identificadas, hay coníferas y angiospermas, estas últimas siendo una sorpresa. Su presencia sugiere una rápida adaptación de los saurópodos a las nuevas plantas que aparecieron hace 100 millones de años. Esta flexibilidad alimentaria podría explicar su éxito evolutivo.
Los saurópodos jóvenes probablemente se conformaban con plantas bajas, mientras que los adultos podían alcanzar vegetación más elevada. Esta estrategia alimentaria, combinada con un rápido crecimiento, sin duda contribuyó a su gigantismo y longevidad.
Mackenzie Enchelmaier, responsable de colecciones, presenta el fósil de contenido intestinal. Crédito: Stephen Poropat
¿Cómo digerían los saurópodos su comida sin masticarla?
Los saurópodos tenían un sistema digestivo único, capaz de procesar grandes cantidades de materia vegetal sin necesidad de masticación. Dependían de su microbioma intestinal, microorganismos que fermentaban las plantas para extraer nutrientes.
Este método de digestión es similar al observado en algunos herbívoros modernos, como las vacas, que también utilizan la fermentación para descomponer la celulosa. Sin embargo, la escala a la que operaban los saurópodos no tenía precedentes, debido a su tamaño gigantesco.
La ausencia de masticación significa que los saurópodos podían ingerir rápidamente grandes cantidades de comida, maximizando así su ingesta energética. Esta eficiencia alimentaria era crucial para sostener su metabolismo y rápido crecimiento.
Este descubrimiento subraya la importancia de los microbios en la evolución de los dinosaurios herbívoros. Sin ellos, los saurópodos quizás nunca hubieran alcanzado tales dimensiones.
¿Por qué es significativo el descubrimiento de angiospermas en la dieta de los saurópodos?
Las angiospermas, o plantas con flores, aparecieron relativamente tarde en la historia de la Tierra. Su presencia en la dieta de los saurópodos indica una rápida adaptación de estos dinosaurios a nuevas fuentes de alimento.
Esta flexibilidad alimentaria probablemente jugó un papel clave en su éxito evolutivo. Al incorporar angiospermas a su dieta, los saurópodos pudieron explotar un recurso alimentario abundante y diversificado.
La coexistencia de saurópodos y angiospermas también sugiere una interacción entre los dinosaurios y su entorno. Las plantas con flores pudieron beneficiarse de la dispersión de sus semillas por estos gigantes.
Este descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre la coevolución de dinosaurios y plantas, mostrando cómo los cambios en la flora influyeron en los hábitos alimenticios de los herbívoros prehistóricos.