La psilocibina, una molécula extraída de ciertos hongos alucinógenos, podría tener efectos inesperados sobre el envejecimiento. Investigadores han descubierto que prolonga significativamente la vida de células humanas y de ratones.
Un estudio publicado en
Nature Aging muestra que la psilocina, una forma activa de la psilocibina, permitió que células de piel y pulmones vivieran hasta un 50% más en laboratorio.
Las pruebas también se realizaron en ratones ancianos, equivalentes a humanos de más de 60 años. Aquellos que recibieron la molécula vivieron un 30% más que los demás. Para un humano, esto representaría unos 25 años más de vida. Además, parecían más saludables: su pelaje era más abundante, con menos pelos blancos.
La molécula actúa sobre varios elementos relacionados con el envejecimiento: reduce el daño celular, ayuda a las células a reparar su ADN y protege los cromosomas gracias a la preservación de los telómeros, unas "capuchas" que los estabilizan.
La psilocibina actúa uniéndose a receptores de serotonina, una sustancia química presente en todo el cuerpo. Esto podría explicar por qué sus efectos son globales, con beneficios para las células en general.
Los investigadores esperan que este descubrimiento pueda, a largo plazo, ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Por ahora, los resultados son prometedores, pero aún se necesitan estudios en humanos para confirmar estos efectos.
¿Cómo actúa la psilocibina en el cuerpo?
Esta molécula actúa como un antioxidante: limita las agresiones que sufren las células con el tiempo. También ayuda a las células a repararse mejor, haciéndolas más resistentes.
Protege los telómeros, estructuras que se acortan con la edad. Mantenerlos más largos permitiría ralentizar el envejecimiento celular.
Finalmente, la psilocibina estimula ciertos receptores de serotonina, que pueden influir en el metabolismo y la respuesta al estrés en todo el cuerpo.
¿Por qué es difícil estudiar los psicodélicos?
Sustancias como la psilocibina suelen estar reguladas por leyes estrictas, ya que están clasificadas como drogas. Esto frena la investigación, aunque los científicos muestran un interés creciente.
También es difícil realizar pruebas clásicas, porque sus efectos en el cerebro hacen que los experimentos sean más complicados de llevar a cabo. A pesar de todo, los resultados recientes muestran que estas moléculas podrían ser útiles para envejecer de manera más saludable.