Un avance importante en neuroprótesis permite traducir el pensamiento interior en texto, sin esfuerzo de elocución.
Investigadores de la Universidad de Stanford han desarrollado un implante destinado a pacientes con parálisis severa. Sus trabajos, publicados en
Cell, marcan una etapa significativa hacia una comunicación de nuevo tipo.
Funcionamiento de la interfaz cerebro-ordenador
El implante capta la actividad eléctrica en la región cerebral del córtex motor. Esta zona se activa tanto para el habla intentada como para el simple hecho de imaginar hablar (el "pensamiento interior"). Las señales neuronales producidas presentan similitudes pero también una diferencia mayor.
El habla intentada demanda un esfuerzo muscular consciente, aunque mínimo. Para las personas con una discapacidad motora grave, este esfuerzo es muy fatigoso. Requiere una concentración intensa para intentar activar músculos a menudo paralizados. El discurso interior, o imaginación del habla, genera por su parte señales mucho más débiles. No requiere ninguna tensión muscular ni esfuerzo de elocución. Esta ausencia de restricción física lo hace mucho menos agotador para el usuario.
El sistema ha sido por tanto específicamente entrenado sobre estas señales de pensamiento interior. Una inteligencia artificial decodifica las señales e identifica los fonemas imaginados por el usuario. Un algoritmo de lenguaje reconstituye luego las palabras y frases completas. El vocabulario disponible supera las 125.000 palabras.
Este enfoque permite una comunicación mucho más cómoda y duradera. La precisión de restitución alcanza el 74% en las pruebas. Este rendimiento equivale a los sistemas existentes basados en el habla intentada, y la velocidad de procesamiento permite un intercambio casi conversacional.
Un pensamiento protegido por... contraseña
El sistema necesita una activación consciente por el usuario. Una frase "contraseña", previamente determinada, debe ser pensada para activar la transcripción. Esta secuencia contraseña permanece personal y confidencial.
El reconocimiento de esta "frase clave" alcanza una fiabilidad del 98%. Esta seguridad impide la lectura accidental de pensamientos privados: el dispositivo permanece inactivo sin esta autorización neuronal.
Este enfoque responde a las preocupaciones éticas planteadas por estas tecnologías. Garantiza un control total a la persona usuaria, la autonomía y el respeto de la privacidad quedan así preservados.