💉 En pruebas, una vacuna universal contra el cáncer muestra una eficacia excepcional

Publicado por Adrien,
Fuente: Cell Reports Medicine
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El cáncer a menudo se percibe como una fatalidad, pero ¿qué pasaría si pudiéramos evitarlo incluso antes de que se manifieste?

Unos científicos acaban de dar un paso significativo en esta dirección. Sus trabajos en ratones revelan que una vacuna innovadora, basada en nanopartículas, logra prevenir varias formas agresivas de cáncer, como el melanoma o el cáncer de páncreas. Este enfoque se basa en la capacidad del sistema inmunitario de ser educado para destruir los tumores desde su aparición.


Imagen de ilustración Pixabay

Llevada a cabo en la Universidad de Massachusetts Amherst, este estudio mostró que una vacuna a base de nanopartículas puede impedir el desarrollo de melanomas, cánceres de páncreas y cánceres de mama triple negativo. Hasta el 88 % de los ratones vacunados permanecieron libres de tumores, según el tipo de cáncer. Este resultado supera ampliamente los obtenidos sin vacuna. Los investigadores observaron una reducción, e incluso un bloqueo completo, de la propagación de las células cancerosas en el organismo.

El mecanismo de esta vacuna se basa en nanopartículas diseñadas para imitar la manera en que los patógenos alertan naturalmente al sistema inmunitario. Estas partículas liberan tanto antígenos específicos del cáncer como adyuvantes que estimulan una fuerte respuesta inmunitaria (ver más abajo). Prabhani Atukorale, responsable del estudio, explica en la revista Cell Reports Medicine que esta combinación activa varias vías de señalización, esenciales para una preparación correcta de las células T. Estas células son entonces capaces de reconocer y eliminar las células tumorales con una eficacia notable.

En el marco de los experimentos, los ratones vacunados fueron expuestos a células cancerosas después de tres semanas. Para el melanoma, el 80 % de ellos no desarrolló ningún tumor y sobrevivió durante 250 días, a diferencia de todos los ratones no vacunados o que recibieron una vacuna clásica, los cuales sucumbieron en menos de 35 días. La vacuna también impidió la formación de metástasis pulmonares, un desafío mayor ya que la propagación del cáncer es a menudo la causa principal de muerte. Esta protección extendida, vinculada a una inmunidad de memoria (explicación al final del artículo), muestra que la inmunidad inducida es sistémica y no se limita a un sitio local.

Una de las ventajas de esta tecnología es su flexibilidad. En lugar de depender de antígenos específicos para cada cáncer, que requieren análisis genómicos profundos, los investigadores probaron una versión que utiliza lisados tumorales. Este enfoque dio tasas de rechazo elevadas: 88 % para el cáncer de páncreas, 75 % para el cáncer de mama y 69 % para el melanoma. Griffin Kane, primer autor del estudio, indica que las respuestas de las células T generadas son la clave del beneficio de supervivencia observado.

Estos resultados llevaron a la creación de una startup, NanoVax Therapeutics, que busca adaptar esta plataforma a diversos cánceres. El objetivo es desarrollar estrategias preventivas para personas de alto riesgo, así como tratamientos para los cánceres existentes. Los próximos pasos incluyen ensayos para validar la eficacia terapéutica en humanos. Aunque se necesitan estudios adicionales, este avance abre perspectivas alentadoras para una inmunoterapia más accesible y duradera contra el cáncer.

Los trabajos futuros se centrarán en la optimización de esta plataforma y su aplicación a otras enfermedades, marcando quizás un punto de inflexión en la lucha contra el cáncer.

El funcionamiento de los adyuvantes en las vacunas anticáncer


Los adyuvantes son componentes esenciales de las vacunas, diseñados para estimular el sistema inmunitario y amplificar su respuesta. En el caso de las vacunas contra el cáncer, juegan un papel determinante al alertar al organismo sobre la presencia de una amenaza, en este caso las células tumorales. Sin adyuvante, los antígenos cancerosos podrían ser ignorados, pues a menudo se asemejan a las células sanas. La activación de varias vías de señalización por los adyuvantes permite desencadenar una reacción robusta y dirigida.

Tradicionalmente, combinar diferentes adyuvantes era difícil debido a su incompatibilidad molecular, similar al aceite y al agua. La innovación de las nanopartículas resuelve este problema al encapsular varios ingredientes estimulantes en una estructura estable. Este enfoque asegura una liberación coordinada y óptima, lo que mejora la presentación de los antígenos a las células inmunitarias. Así, el sistema inmunitario está mejor preparado para reconocer y atacar los tumores desde su aparición.

La importancia de los adyuvantes va más allá de la simple activación; influyen en la calidad y duración de la respuesta inmunitaria. Al imitar las señales de peligro naturales, ayudan a formar una memoria inmunitaria duradera. Esta memoria permite al cuerpo reaccionar rápidamente en caso de una nueva exposición a las células cancerosas, ofreciendo una protección a largo plazo. En el marco del cáncer, donde las recaídas son frecuentes, este aspecto es determinante para prevenir la progresión de la enfermedad.

Así, los adyuvantes representan un pilar de la inmunoterapia moderna. Su integración en nanopartículas abre el camino a vacunas más eficaces y versátiles, capaces de adaptarse a diversos tipos de cáncer. Esta tecnología permite contemplar una transformación de la prevención y el tratamiento al reforzar las defensas naturales del organismo contra los tumores.

La inmunidad de memoria y su protección extendida contra las metástasis


La inmunidad de memoria es una característica fundamental del sistema inmunitario, que permite al organismo recordar los agentes patógenos o las células cancerosas después de una primera exposición. Se basa en células especializadas, como los linfocitos T de memoria, que persisten en el cuerpo y pueden reactivarse rápidamente en caso de un nuevo encuentro con la misma amenaza. En el marco de la prevención del cáncer, esta memoria es esencial para impedir la formación de tumores o su reaparición.

A diferencia de una respuesta inmunitaria local, la inmunidad de memoria es sistémica, lo que significa que protege todo el organismo. Este aspecto es determinante para combatir las metástasis, donde las células cancerosas se propagan a otras partes del cuerpo. Al inducir una memoria a escala sistémica, las vacunas como la desarrollada con nanopartículas pueden dirigirse a las células tumorales dondequiera que se encuentren, reduciendo así el riesgo de diseminación y mejorando las posibilidades de supervivencia.

La formación de esta memoria depende de la manera en que la vacuna activa el sistema inmunitario. Al combinar antígenos específicos con adyuvantes potentes, la vacuna entrena a las células T para reconocer los marcadores cancerosos. Una vez educadas, estas células circulan en la sangre y los tejidos, listas para intervenir en caso de necesidad. Esta vigilancia permanente explica por qué los ratones vacunados resistieron a exposiciones posteriores a células cancerosas sin desarrollar tumores o metástasis.

Por lo tanto, la inmunidad de memoria ofrece una barrera duradera contra el cáncer, yendo más allá de la simple prevención inicial. Representa un activo mayor en las estrategias de inmunoterapia, pues puede mantenerse a largo plazo con posibles refuerzos. Al capitalizar esta capacidad natural, los investigadores esperan desarrollar enfoques que protejan a los individuos en riesgo a lo largo de su vida, transformando el manejo del cáncer en una medicina más proactiva.
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