La Sábana Santa de Turín, esa pieza de lino de 4 metros de largo que llevaría la impresión del cuerpo de Cristo, continúa dividiendo opiniones desde hace siglos. Un descubrimiento reciente arroja nueva luz sobre su agitada historia, cuestionando su autenticidad a través de testimonios medievales inéditos.
Un equipo de investigadores ha descubierto un documento antiguo redactado por Nicole Oresme, un teólogo normando del siglo XIV muy respetado en su tiempo. Este texto, analizado en un estudio publicado en el Journal of Medieval History, constituye una de las refutaciones escritas más antiguas conocidas del sudario. Oresme, quien más tarde se convertiría en obispo de Lisieux, califica allí la Sábana Santa como un fraude evidente orquestado por miembros del clero para obtener ofrendas de los fieles.
Representación del rostro impreso en la Sábana Santa de Turín Crédito: Dianelos Georgoudis/Taylor & Francis
Los trabajos de Nicolas Sarzeaud, historiador de la Universidad Católica de Lovaina, revelan que esta crítica proviene de una figura intelectual mayor de la época, conocida por su rigor científico. Oresme aplicaba un método racional para evaluar los fenómenos sobrenaturales, clasificando los testimonios según su fiabilidad y desconfiando de los rumores. Su rechazo de la Sábana Santa se inscribe en un enfoque más amplio de denuncia de supercherías religiosas.
Este descubrimiento se suma a otras pruebas acumuladas con el tiempo. La datación por carbono 14 realizada anteriormente indica que el lino data del siglo XIII o XIV, mucho después de la época de Cristo. Un estudio reciente publicado en Archaeometry que utiliza análisis 3D sugiere que la imagen habría sido creada envolviendo la tela alrededor de una estatua, y no de un cuerpo humano.
El recorrido histórico de la Sábana Santa es en sí mismo revelador. Expuesto inicialmente en Lirey en Champaña, fue prohibido por el obispo de Troyes hacia 1355 después de una investigación, y luego ocultado durante décadas. El papa Clemente VII autorizó su reexposición con la condición de que se presentara como una simple representación, y no como una reliquia auténtica. A pesar de ello, su notoriedad no ha dejado de crecer a lo largo de los siglos.
Para Andrea Nicolotti, profesor de la Universidad de Turín, esta nueva prueba histórica confirma lo que la ciencia moderna tiende a demostrar. La Sábana Santa representa un caso excepcional de fraude medieval bien documentada, donde la Iglesia misma tomó posición contra su autenticidad.
La datación por carbono 14
La datación por carbono 14 es un método científico que permite determinar la edad de un objeto que contiene carbono, como el lino de la Sábana Santa de Turín. Se basa en la medición de la desintegración radiactiva del carbono 14, un isótopo presente en los materiales orgánicos.
Cuando un organismo muere, deja de absorber carbono 14, y este se desintegra a un ritmo constante. Midiendo la cantidad restante, los científicos pueden estimar desde cuándo ocurrió la muerte. Para la Sábana Santa, se tomaron muestras y fueron analizadas por varios laboratorios independientes.
Los resultados convergieron hacia una datación entre 1260 y 1390 d.C., lo que corresponde al período medieval. Este rango excluye que la tela pudiera haber sido utilizada para envolver el cuerpo del Jesús histórico, que vivió en el siglo I. El método es ampliamente utilizado en arqueología y ha sido refinado para minimizar los riesgos de contaminación.
Aunque algunos han cuestionado estos resultados alegando una posible contaminación de las muestras, la mayoría de la comunidad científica los considera fiables. Concuerdan con otros indicios, como los documentos históricos descubiertos recientemente, para situar el origen de la Sábana Santa en la Edad Media.
Las reliquias en el cristianismo medieval
Las reliquias son objetos o restos corporales asociados a santos o figuras religiosas, venerados por su poder espiritual. En la Edad Media, jugaban un papel central en la devoción cristiana, atrayendo peregrinos y generando ingresos para las iglesias.
La creciente demanda de estos objetos sagrados condujo a la producción de numerosas reliquias falsas, a menudo creadas por motivos económicos o políticos. El clero mismo a veces estaba implicado en estos fraudes, como sugiere el caso de la Sábana Santa de Turín, utilizada para estimular las ofrendas de los fieles.
La Iglesia fue estableciendo progresivamente procedimientos para autenticar las reliquias, pero los controles variaban considerablemente según la época y la región. Papas y obispos denunciaron ocasionalmente los abusos, como lo atestigua la prohibición de la Sábana Santa por el obispo de Troyes en el siglo XIV.
Hoy en día, el estudio de las reliquias medievales ofrece una visión de las prácticas religiosas y las dinámicas sociales de la época. Revela cómo la fe, la credulidad y la crítica racional coexistían, con figuras como Nicole Oresme que ya aplicaban un pensamiento escéptico frente a los supuestos milagros.