Las representaciones en los sarcófagos y tumbas del antiguo Egipto sugieren un vínculo entre la diosa del cielo Nut y la Vía Láctea. Un estudio reciente realizado por un astrónomo arroja nueva luz sobre esta conexión.
Representación de la diosa Nut en la tumba de Ramsés VI. Una curva ondulante podría simbolizar la Vía Láctea. Crédito: Theban Mapping Project; Fotógrafo Francis Dzikowski, noviembre 1999
Or Graur, profesor asociado de astrofísica en la Universidad de Portsmouth, analizó 125 representaciones de Nut. Estas pinturas, de 5.000 años de antigüedad, revelan detalles inéditos sobre la diosa. Los resultados se publicaron en el Journal of Astronomical History and Heritage.
Algunas pinturas muestran a Nut extendida, con su cuerpo salpicado de estrellas y atravesado por una curva negra. Esta característica recuerda a la Gran Grieta, una banda de polvo que divide la Vía Láctea. Graur ve en esto una representación de nuestra galaxia.
En el Valle de los Reyes, motivos similares acompañan las imágenes de Nut. El techo de la tumba de Ramsés VI es un ejemplo llamativo. Estos elementos refuerzan la hipótesis de una asociación entre Nut y la Vía Láctea.
Nut era considerada la protectora de la Tierra, simbolizada por el dios Geb. Su vínculo con la Vía Láctea podría reflejar esta función protectora. Graur precisa que la Vía Láctea es un objeto astronómico entre otros asociados a Nut.
Rogério Sousa, profesor de egiptología, respalda esta interpretación. Destaca la importancia del aporte astronómico en este estudio. Esta colaboración entre disciplinas enriquece nuestra comprensión de las creencias del antiguo Egipto.
¿Quién era la diosa Nut en la mitología egipcia?
Nut era una deidad principal del antiguo Egipto, personificación del cielo. A menudo se la representaba como una mujer arqueada sobre la Tierra, con su cuerpo cubierto de estrellas. Los egipcios creían que tragaba el Sol cada atardecer para hacerlo renacer cada mañana.
Su rol iba más allá del ciclo solar. Nut también estaba asociada a la protección de los muertos, acogiéndolos en su cuerpo celeste. Esta creencia explica su frecuente presencia en sarcófagos y tumbas.
La conexión entre Nut y la Vía Láctea añade una dimensión astronómica a su culto. Esta asociación refleja la importancia del cielo en la espiritualidad egipcia, donde los fenómenos celestes se integraban en su cosmovisión.
¿Cómo percibían los antiguos egipcios la Vía Láctea?
La Vía Láctea ocupaba un lugar significativo en la astronomía y religión egipcias. Era percibida como un río celestial, un camino para las almas de los difuntos. Esta visión coincide con la de otras culturas antiguas, que veían en la galaxia un puente entre mundos.
Las representaciones de Nut con motivos que recuerdan a la Vía Láctea sugieren una interpretación similar. La galaxia podía simbolizar el cuerpo de la diosa, un espacio sagrado donde se desarrollaban los ciclos cósmicos.
Esta percepción muestra cómo los egipcios integraban las observaciones astronómicas en su mitología. La Vía Láctea no era solo un espectáculo celeste, sino un elemento clave de su comprensión del Universo y el más allá.