Una nueva placa tectónica identificada en el Medio Oriente

Publicado por Redbran,
Fuente: IPGP
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La falla del Levante es una estructura tectónica principal de la zona mediterránea. También llamada falla del Mar Muerto, constituye el límite occidental de la placa Arábiga. Es una estructura de deslizamiento lateral izquierdo de aproximadamente 1200 km de largo, que conecta la zona de extensión oceánica del Mar Rojo con la zona de colisión continental del Cáucaso y la falla Este de Anatolia.

Son rupturas a lo largo de esta última falla las que provocaron dos grandes terremotos en febrero de 2023, de magnitud respectiva Mw7.8 y Mw7.6. En esta región activa, es por lo tanto primordial conocer la geometría y la dinámica de estas diferentes estructuras, para identificar si grandes terremotos también pueden eventualmente producirse a lo largo de la falla del Levante.


Al analizar de manera sistemática las imágenes de radar de Sentinels-2, un equipo internacional evidencia, en un estudio publicado en Science Advances, la existencia de una nueva microplaca tectónica en la zona de unión entre las placas arábiga y anatoliana, al norte de la falla del Levante.

Para entender la historia y la evolución de estas estructuras, los científicos utilizan varios tipos de datos complementarios, incluyendo ruinas arqueológicas y rastros geomorfológicos dejados por terremotos antiguos, así como datos recientes de GPS que permiten medir la velocidad instantánea de la falla.

Si la falla del Levante está muy bien documentada históricamente en su parte sur y central, lo está menos bien al norte del Líbano. Hasta el codo transpresivo del Líbano, las dos velocidades, medidas ya sea por GPS o a partir de enfoques geomorfológicos, convergen en torno a un valor de 4±1 mm/año. En cambio, en el norte, donde el estudio de la falla se basa esencialmente en el estudio de desplazamientos documentados en sitios arqueológicos, estos desplazamientos a escala geológica del orden de 4±1 mm/año no son coherentes con los datos recientes de geodesia, del orden de 1 a 2 mm/año.

Para intentar resolver esta incoherencia, un equipo internacional que incluye a un investigador del CNRS de la IPGP, ha utilizado de manera sistemática las imágenes de radar Sentinels-2 para medir la velocidad horizontal a lo largo de toda la falla del Levante. En un estudio publicado el 15 de marzo pasado en la revista Science Advances, demuestran así que la reducción de la velocidad de la falla del sur hacia el norte del Líbano es real.

En este mismo estudio, basándose en las observaciones realizadas a lo largo del sur de la falla, donde la actividad sísmica ocurre en forma de clúster temporal, Yann Klinger y sus colegas pudieron mostrar que la probabilidad de que dos terremotos ocurran en un corto intervalo de tiempo, llevando a una sobreestimación de la velocidad geológica, es significativa y pudo ser la causa de la sobreestimación de la velocidad arqueológica de la falla.

Además, la relocalización precisa de la sismicidad en el Mediterráneo oriental muestra que existe una sismicidad persistente al norte de la falla que conecta directamente la falla del Levante con el sistema de subducción chipriota (llamada falla del Carmelo), mientras que la zona al sur de esta misma falla está completamente vacía de sismicidad.

El conjunto de estas observaciones sugiere que las zonas al sur y al norte de esta discontinuidad se comportan de manera diferente y corresponden a diferentes microplacas tectónicas independientes, explicando de hecho la diferencia de velocidad observada entre el norte y el sur de la falla del Levante. Los científicos del equipo han bautizado esta nueva microplaca del norte, Latakia-Tartus.

Referencia:
Xing Li et al., Resolving the slip-rate inconsistency of the northern Dead Sea fault. Sci. Adv. 10 (2024).
DOI: 10.1126/sciadv.adj8408
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