Pasada cierta edad, el cáncer se convierte en una amenaza menos frecuente, contrario a lo que podría pensarse. Un estudio reciente arroja luz sobre los mecanismos detrás de este fenómeno sorprendente.
A medida que las células envejecen, modifican su forma de funcionar. El equipo del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK) descubrió que, en ratones envejecidos, las células pulmonares acumulan hierro, pero actúan como si carecieran de él. Este mal funcionamiento reduce su capacidad de regeneración, un factor clave para frenar la aparición de tumores.
Los investigadores destacaron el papel de una proteína llamada NUPR1. Con la edad, su producción aumenta, perturbando el metabolismo del hierro en las células. Esta reacción limita la proliferación celular descontrolada, un proceso central en el desarrollo de los cánceres.
Al estudiar ratones genéticamente modificados para desarrollar cáncer de pulmón, observaron una reducción significativa de los tumores en los roedores más viejos. En cambio, tratamientos que administraban hierro o inhibían NUPR1 restauraron la regeneración celular... y el riesgo tumoral.
Estos resultados cuestionan los enfoques terapéuticos actuales. Los tratamientos que se concentran en la ferroptosis, una forma de muerte celular inducida por el hierro, parecen menos eficaces en pacientes mayores. Las células envejecidas, resistentes a este mecanismo, requieren estrategias adaptadas para maximizar los beneficios y reducir los riesgos.
Este estudio también plantea interrogantes sobre la prevención. Los investigadores subrayan que las exposiciones cancerígenas en la juventud, como el tabaco o la exposición excesiva al sol, tienen efectos potencialmente más graves de lo que se pensaba anteriormente. Apostar por acciones preventivas en estas etapas críticas podría limitar la incidencia del cáncer a largo plazo.
Más allá del cáncer, estos descubrimientos abren caminos para tratar trastornos relacionados con una baja regeneración celular, como ciertas enfermedades pulmonares crónicas. Pero los investigadores advierten: estimular la regeneración podría favorecer inadvertidamente los tumores en pacientes con riesgo.
La edad transforma, por tanto, las células y su respuesta a las terapias, recordando la importancia de una medicina personalizada. Comprender estos cambios biológicos es un paso crucial para desarrollar tratamientos adecuados para cada etapa de la vida.