La comprensión de la dinámica terrestre acaba de avanzar significativamente gracias a un equipo de geocientíficos de la Universidad de Toronto. Su trabajo revela información sorprendente sobre los fondos marinos del Pacífico, destacando la existencia de grandes fallas submarinas.
Los investigadores han descubierto que, a diferencia de la creencia largamente establecida de que las placas tectónicas oceánicas son rígidas, la placa del Pacífico está en realidad atravesada por importantes fallas. Estas fallas, ubicadas a miles de metros bajo la superficie del océano y extendiéndose por cientos de kilómetros, actualizan un aspecto hasta ahora desconocido de la tectónica de placas.
La placa del Pacífico está afectada por enormes fuerzas internas que la impulsan hacia el oeste, causando desgarros a lo largo de estas fallas recién descubiertas.
Estas fallas se encuentran principalmente en vastas mesetas submarinas, formadas hace millones de años por la extrusión de roca fundida desde el manto terrestre hacia el lecho oceánico. Contra todo pronóstico, estas mesetas, aunque más gruesas, revelan una resistencia menor, haciéndolas susceptibles a desgarrarse más fácilmente bajo tensión.
La investigación se centró en cuatro grandes mesetas del océano Pacífico occidental: Ontong Java, Shatsky, Hess y Manihiki. Gracias al uso de superordenadores y al análisis de datos sísmicos, los científicos pudieron modelar estas fallas y entender su impacto en la dinámica de la placa del Pacífico.
Este estudio plantea preguntas sobre el papel de estas fallas en la actividad sísmica y volcánica pasada y presente en la región. Aunque el acceso a estos sitios submarinos es complejo y requiere un esfuerzo considerable para la recopilación de datos adicionales, los investigadores esperan que su trabajo fomente la exploración más profunda.
Este descubrimiento no sólo avanza nuestra comprensión de la tectónica de placas, sino que también abre el camino para nuevas investigaciones sobre las dinámicas complejas que gobiernan nuestro planeta. Recuerda que, a pesar de décadas de progreso científico, la Tierra todavía tiene muchos secretos por revelar.