Un cerebro demasiado o insuficientemente sincronizado: las consecuencias

Publicado por Adrien,
Fuente: Universidad de Ginebra
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¿Cómo evaluar el riesgo de psicosis en un individuo? En psiquiatría, la identificación de marcadores predictivos es un desafío principal de la investigación.


Imagen de ilustración Pixabay

Trabajando con una cohorte de pacientes portadores de la microdeleción del gen 22q11.2DS, una anomalía que favorece los trastornos psicóticos, un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE), en el marco del Centro Synapsy de investigación en neurociencias para la salud mental, ha demostrado que estas personas presentan un "acoplamiento" entre la estructura y la actividad de sus áreas cerebrales que les es propio.

Algunas regiones de su cerebro habrían perdido su coherencia óptima durante el desarrollo. Así, estarían demasiado o insuficientemente "acopladas". Esta especificidad abre la vía a la identificación de marcadores de riesgo fiables. Estos resultados se publican en Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging.

La microdeleción del gen 22q11.2DS es la deleción genética más frecuente. Afecta a una persona de cada 2000 y se traduce en la ausencia de una pequeña secuencia de ADN en el cromosoma 22. Puede provocar malformaciones cardíacas y disfunciones inmunitarias. También provoca trastornos psicóticos en la adolescencia o en la edad adulta en el 35% de los individuos portadores.

En la UNIGE, el equipo de Stéphan Eliez, profesor del Departamento de Psiquiatría y del Centro Synapsy de investigación en neurociencias para la salud mental de la Facultad de Medicina, ha seguido durante veinte años una cohorte de 300 individuos de entre 5 y 34 años afectados por esta microdeleción, de los cuales casi el 40% ha desarrollado una psicosis. Por su tamaño y longevidad, esta cohorte ginebrina constituye un caso de estudio único en el mundo. Ha permitido la publicación de numerosos trabajos.

Un desarrollo cerebral atípico, desde la infancia


En un nuevo estudio, el equipo de la UNIGE se interesó en el desarrollo del "acoplamiento" de las regiones cerebrales en los miembros de esta cohorte, desde la infancia hasta la edad adulta. "Nuestros procesos cognitivos son el resultado de interacciones - de ''acoplamientos'' - entre nuestras diferentes regiones cerebrales", explica Silas Forrer, doctorando en el equipo de Stephan Eliez y primer autor del estudio. "Queríamos saber si, en los individuos portadores de la microdeleción del gen 22q11.2DS, un acoplamiento menos eficiente era sinónimo de riesgo aumentado de desarrollar una psicosis."


Violeta: acoplamiento demasiado bajo en los pacientes 22q11.2DS que presentan síntomas psicóticos. Amarillo: acoplamiento demasiado alto en los pacientes 22q11.2DS que presentan síntomas psicóticos.
©UNIGE / Eliez

Esta "sincronización" cerebral, y en particular su optimización, se desarrolla durante la adolescencia y hasta la edad adulta. Gracias a técnicas de imagen por resonancia magnética, los neurocientíficos observaron su maduración a lo largo de un periodo de doce años, tanto en la cohorte como en un grupo de control. "Constatamos que los pacientes portadores de la microdeleción presentaban un desfase en el desarrollo persistente desde la infancia, con regiones de hiper- e hipo-acoplamiento en todo el cerebro", revela Silas Forrer.

Este desfase es particularmente marcado en la adolescencia en tres regiones del cerebro en los individuos 22q11.2DS que han desarrollado esquizofrenia: en la corteza frontal, responsable de la coordinación motora voluntaria y del lenguaje; la corteza cingulada, en la interfaz de los dos hemisferios del cerebro, encargada de la toma de ciertas decisiones; y la corteza temporal, sede de las funciones somato-sensitivas. Se observa un hipoacoplamiento en las dos primeras y un hiperacoplamiento en la tercera.

Hacia la identificación de marcadores fiables


La fuerte correlación entre el desfase en el desarrollo del acoplamiento y la microdeleción del gen 22q11.2DS es un avance significativo hacia la identificación de marcadores predictivos de la enfermedad. "El siguiente paso consistirá en preguntarse cómo estos acoplamientos pueden constituir una ''huella digital'' individual del cerebro que permita saber claramente si un individuo es más propenso que otro a desarrollar una psicosis, o por el contrario, está protegido", explica Stephan Eliez, quien dirigió este estudio.

Este estudio, respaldado por el Fondo Nacional Suizo (FNS), presenta también una novedad metodológica al combinar observaciones tanto de la estructura (morfología) como de la función (su eficiencia) del cerebro, con el fin de evaluar la trayectoria de desarrollo de una población en el marco de enfermedades psiquiátricas.
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