En un estudio realizado por el Environmental Working Group - EWG, se detectó chlormequat, un pesticida poco conocido, en el organismo de cuatro de cada cinco personas examinadas. Esta sustancia química, hasta ahora en las sombras, está generando preocupaciones sobre sus posibles efectos en la salud humana, reflejando los problemas de desarrollo y reproducción observados en estudios realizados con animales.
Publicada el 15 de febrero en el Journal of Exposure Science and Environmental Epidemiology, esta investigación pionera en Estados Unidos analizó muestras de orina de 96 individuos, revelando la presencia de chlormequat en 77 de ellos.
Molécula de Chlormequat. Imagen Wikimedia
El hallazgo plantea preguntas sobre la frecuencia con la que las poblaciones podrían estar expuestas a este pesticida, subrayando una necesidad urgente de regulación y estudios adicionales sobre sus efectos en la salud. En particular, el estudio reveló un aumento en las concentraciones de chlormequat en las muestras recogidas en 2023 en comparación con años anteriores, sugiriendo una exposición creciente de los consumidores a esta sustancia.
El chlormequat, autorizado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) solo para uso en plantas ornamentales en Estados Unidos, ha visto cómo su aplicación se extendió a la avena y otros alimentos importados desde 2018, con un aumento de las cantidades permitidas en 2020. Ante esta tendencia, el EWG insta a las autoridades a fortalecer la supervisión y la regulación de este pesticida, resaltando las deficiencias en la protección de la salud pública frente a los riesgos potenciales relacionados con la alimentación.
La publicación también enfatiza la importancia de que los departamentos de Agricultura y Salud, así como la Administración de Alimentos y Medicamentos, analicen los alimentos en busca de chlormequat e incluyan esta sustancia en los programas de biomonitoreo. El EWG llama a una conciencia y acción inmediatas para evaluar y limitar la exposición humana al chlormequat, con el objetivo de garantizar una mayor seguridad alimentaria.
Finalmente, el estudio destaca una distinción notable entre los productos a base de avena orgánicos y no orgánicos, siendo estos últimos frecuentemente contaminados con chlormequat, a diferencia de los productos orgánicos donde la sustancia raramente se detecta. Este hallazgo podría motivar a los consumidores a preferir opciones orgánicas para reducir su exposición a pesticidas potencialmente dañinos.