🧀 ¿Consumir queso antes de dormir influye en nuestros sueños?

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Frontiers in Psychology
Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
Una idea persistente sugiere que consumir queso antes de dormir provocaría pesadillas. Un reciente estudio canadiense aporta elementos científicos para entender este fenómeno, explorando el vínculo entre alimentación y calidad del sueño.

Los investigadores analizaron las percepciones de más de 1.000 estudiantes sobre el impacto de su alimentación en sus noches. Si bien pocos establecen un vínculo directo entre sus sueños y lo que comen, ciertos alimentos parecen desempeñar un papel en la calidad del descanso.



El papel de los lácteos en los trastornos del sueño


Entre los participantes, el 40 % declaró que ciertos alimentos influían en su sueño, con efectos variados. De hecho, el 25 % de ellos (es decir, el 10 % del total) consideraba que su descanso se veía alterado tras consumir dulces, lácteos o comidas picantes. Por el contrario, el 20 % (el 8 % del total) observaba una mejora en su sueño después de ingerir frutas frescas, verduras o infusiones.

Los lácteos, como el queso, figuraban entre los alimentos más señalados por causar noches agitadas, junto con los dulces y las comidas picantes.

Solo el 5,5 % de los encuestados estableció un vínculo directo entre su alimentación y la naturaleza de sus sueños. Entre ellos, la mayoría señalaba los productos azucarados y los lácteos, asociándolos con sueños más extraños o perturbadores. Esta baja proporción sugiere que el impacto en los sueños es marginal, pero notable en algunas personas.

Los investigadores destacan que estas observaciones podrían explicarse por dificultades digestivas, especialmente en personas con intolerancia a la lactosa. La hinchazón o los calambres nocturnos alteran el sueño, aumentando los despertares durante la fase de sueño REM y, por tanto, las posibilidades de recordar pesadillas.

Los mecanismos fisiológicos involucrados


Nuestro organismo digiere menos eficientemente por la noche, lo que hace que el consumo tardío de queso sea particularmente exigente. Las grasas y proteínas ralentizan la digestión, perturbando el sueño profundo y la fase de sueño REM.

Los despertares durante esta fase aumentan las posibilidades de recordar pesadillas. Así, no es tanto el queso el que crea sueños angustiantes, sino su impacto en la calidad del sueño.

Finalmente, los investigadores subrayan que estas observaciones se basan en declaraciones subjetivas. Serán necesarios estudios experimentales para confirmar estos vínculos y determinar si intervienen otros factores.
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