Perdidas en la inmensidad del océano Atlántico Sur, las islas Sandwich del Sur figuran entre los lugares más aislados del planeta. Situadas a más de 1.600 kilómetros de cualquier continente, estas tierras a menudo permanecen ocultas bajo una densa capa de nubes, lo que hace que su observación directa sea excepcional.
La primera mención de dos islas cercanas, hoy llamadas Candlemas y Vindicación, se remonta a 1775 por el capitán James Cook. Debido a mares embravecidos y a un clima riguroso, el acceso a esta región ha sido muy limitado, obligando a los científicos a desarrollar otros métodos para estudiarla.
Las islas Vindicación y Candlemas vistas desde el espacio. Crédito: Imagen del NASA Earth Observatory por Wanmei Liang, utilizando datos del Landsat del U.S. Geological Survey.
Para penetrar este persistente velo de nubes, los satélites como el Landsat 9 están equipados con instrumentos potentes como el Operational Land Imager-2, que permiten proporcionar imágenes nítidas y seguir la actividad volcánica y los glaciares, sin necesidad de desplazarse hasta allí.
El paisaje de la isla Candlemas, por ejemplo, ofrece un espectáculo donde el fuego y el hielo coexisten. Mientras que un antiguo volcán cubierto de hielo domina su parte sureste, el noroeste expone coladas de lava más recientes. Escritos históricos dan cuenta de erupciones durante el siglo XX, señal de una actividad geotérmica persistente.
La erosión también representa un actor principal en la transformación de estas islas. La isla Vindicación, que no muestra ningún signo de vulcanismo reciente, se caracteriza por acantilados abruptos y una superficie reducida, revelando la acción incesante de las olas, la congelación y las tormentas. Gracias a los satélites, los investigadores pueden cuantificar el efecto de estos elementos a largo plazo, lo que también alimenta los estudios sobre el clima.
El encuentro entre los vientos poderosos y el relieve accidentado genera formaciones nubosas en forma de ondas, claramente identificables desde el espacio. Estos patrones ayudan a los meteorólogos a analizar la circulación del aire sobre zonas oceánicas muy alejadas, aportando información útil para afinar los modelos climáticos y las previsiones.
Por consiguiente, la observación satelital de las islas Sandwich del Sur ofrece un acceso privilegiado a procesos naturales que se desarrollan en un marco extremo.