Descubrimientos en el Ártico: dos nuevas moléculas que podrían redefinir nuestra lucha contra las bacterias. Una pista inesperada que podría revolucionar la investigación de antibióticos frente al aumento de la resistencia bacteriana.
Investigadores han explorado las profundidades heladas en busca de una solución a esta crisis mundial. Fue en los microbios del Ártico donde encontraron posibles nuevos tratamientos.
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Las actinobacterias, presentes en suelos y océanos, son la fuente de numerosos antibióticos. Estas bacterias tienen la capacidad de producir moléculas complejas, capaces de combatir agentes patógenos. Sin embargo, mientras que los suelos han sido ampliamente estudiados, aún quedan hábitats inexplorados, especialmente en los mares polares.
El equipo de la Universidad de Helsinki, dirigido por la Dra. Päivi Tammela, ha descubierto recientemente dos nuevas moléculas provenientes de actinobacterias halladas en el océano Ártico. Estos compuestos han demostrado una fuerte actividad contra la virulencia de E. coli, una bacteria responsable de graves diarreas infantiles.
Estas moléculas, identificadas bajo los códigos T091-5 y T160-2, impiden que la bacteria E. coli se adhiera a las células intestinales humanas, bloqueando así su proceso infeccioso. En particular, T091-5 inhibe la formación de estructuras celulares esenciales para la adhesión de E. coli, sin ralentizar su crecimiento, lo que reduce el riesgo de aparición de una resistencia.
El análisis químico de T091-5 revela que probablemente se trata de un fosfolípido, una clase de moléculas importantes para el metabolismo celular. Este hallazgo podría representar un avance significativo en el desarrollo de antibióticos más seguros y efectivos.
Sin embargo, para confirmar el potencial de estas moléculas, se necesitan más investigaciones. Esto incluye optimizar las condiciones de cultivo y analizar en profundidad su estructura y bioactividad. El camino por recorrer aún es largo, pero los primeros descubrimientos son prometedores.
El océano Ártico quizá no ha revelado todos sus secretos. ¿Y si sus profundidades heladas albergaran las claves de la próxima generación de antibióticos?
¿Qué es la virulencia bacteriana y por qué reducirla?
La virulencia se refiere a la capacidad de una bacteria para causar una enfermedad. Se basa en mecanismos que le permiten fijarse a las células del huésped, invadirlas o producir toxinas. Reducir esta virulencia, en lugar de matar directamente a la bacteria, puede limitar la gravedad de las infecciones al mismo tiempo que evita el desarrollo de resistencias.
A diferencia de los antibióticos clásicos que apuntan al crecimiento bacteriano, los compuestos antivirulencia desactivan procesos clave utilizados por las bacterias para causar enfermedades. Estos compuestos dejan las bacterias vivas pero inofensivas, lo que reduce la presión evolutiva y limita la aparición de cepas resistentes.