🌗 Está comprobado: la cara oculta de la Luna no tiene nada que ver con la cara visible

Publicado por Adrien,
Fuente: Nature Geoscience
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Un análisis reciente de muestras lunares revela profundas diferencias entre sus dos caras, sugiriendo que el interior lunar no es tan uniforme como se pensaba.

La misión china Chang'e 6 hizo historia en junio de 2024 al traer las primeras muestras jamás recolectadas en la cara oculta de la Luna. Estos fragmentos provienen específicamente de la cuenca Polo Sur-Aitken, una inmensa estructura de impacto que se cuenta entre los mayores cráteres del sistema solar. El análisis minucioso de estas rocas demostró que se formaron a temperaturas aproximadamente 100 grados Celsius inferiores a las de las muestras recolectadas en la cara visible durante las misiones Apolo de la NASA.


La cara oculta de la Luna, constelada de cráteres, fotografiada por la nave espacial Orion.
Crédito: NASA

Los investigadores combinaron varios enfoques para llegar a estos resultados. Utilizaron simulaciones computacionales acopladas a datos satelitales para reconstruir la historia térmica de las rocas. Al estudiar cómo se cristalizaron estos materiales, el equipo pudo estimar la temperatura de la roca madre, es decir, el material original que se fundió para dar origen al magma antes de solidificarse en muestra lunar. Este método también permitió datar estas muestras en aproximadamente 2.800 millones de años.

La diferencia térmica se explicaría por una distribución desigual de los elementos productores de calor en el manto lunar. La cara visible sería más rica en elementos como el uranio, el torio y el potasio, que generan calor por desintegración radiactiva. Estos elementos, colectivamente llamados KREEP, habrían migrado hacia la cara visible temprano en la historia lunar, manteniendo esta región más caliente y más activa volcánicamente que su opuesta.

Varias hipótesis intentan explicar esta asimetría original. Algunas evocan un impacto asteroidal colosal que habría redistribuido el interior lunar, mientras que otras sugieren que la Luna habría tenido antiguamente un pequeño compañero que se habría fusionado de manera desigual. La atracción gravitacional de la Tierra también podría haber jugado un papel en esta distribución particular de los elementos, influyendo duraderamente en la evolución térmica de nuestro satélite.

Estos descubrimientos, publicados en la revista Nature Geoscience, representan un avance significativo en nuestra comprensión de la estructura interna lunar. Aunque el estudio no revela las temperaturas actuales en el interior de la Luna, sugiere que esta división térmica pudo persistir durante miles de millones de años, moldeando profundamente los paisajes lunares que observamos hoy desde la Tierra.


Vista de artista de la misión Chang'e 6
© CNSA / CLEP


El misterio de las dos caras lunares


La Luna presenta una dicotomía notable entre su cara visible y su cara oculta. Mientras que el hemisferio orientado hacia la Tierra se caracteriza por vastas llanuras volcánicas oscuras llamadas mares lunares, la cara opuesta aparece mucho más accidentada, con una corteza más gruesa y una densidad de cráteres de impacto muy superior.

Esta diferencia morfológica se explica por procesos geológicos distintos que afectaron a las dos caras a lo largo de la historia lunar. La cara visible experimentó una actividad volcánica más intensa y prolongada, cubriendo parcialmente los antiguos cráteres bajo coladas de lava. En cambio, la cara oculta conservó un paisaje más primitivo, marcado por los impactos meteoríticos acumulados durante miles de millones de años.

Los recientes descubrimientos térmicos vienen ahora a completar este panorama al revelar que estas diferencias no se limitan a la superficie. La asimetría observada en la distribución de las temperaturas del manto muestra que los procesos internos también evolucionaron de manera diferente en los dos hemisferios, creando una verdadera dualidad estructural.

La misión Chang'e 6 y su importancia científica


La misión Chang'e 6 representa una etapa mayor en la exploración lunar moderna. Desarrollada por la agencia espacial china, esta misión tenía como objetivo principal recolectar y traer a la Tierra muestras de la cara oculta de la Luna, una primicia en la historia de la exploración espacial.

El sitio de aterrizaje elegido, la cuenca Polo Sur-Aitken, es particularmente interesante para los científicos. Esta inmensa estructura de impacto, una de las mayores del sistema solar, excavó materiales provenientes de las capas profundas de la corteza lunar, ofreciendo así un acceso único a la historia geológica antigua de nuestro satélite.

El éxito de esta misión abre nuevas perspectivas para la investigación lunar. Al permitir el análisis directo de materiales provenientes de regiones inaccesibles para misiones anteriores, Chang'e 6 proporciona datos para comprender la formación y evolución de la Luna en su conjunto, más allá de las limitaciones impuestas por el estudio exclusivo de la cara visible.