Esta forma de vida gigante no se parece a nada conocido 🌎

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: bioRxiv
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Descubiertos hace más de 160 años, los fósiles de Prototaxites siguen dividiendo a los científicos. Estas estructuras de 400 millones de años podrían pertenecer a una rama completamente desaparecida del reino de lo vivo.


Prototaxites en un paisaje del Devónico inferior, hace aproximadamente 400 millones de años.
Pintura de Mary Parrish, Museo Nacional de Historia Natural, vía la Universidad de New Hampshire.

Desde su identificación en el siglo XIX, estos organismos imponentes –algunos alcanzando 8 metros de altura– han sido clasificados sucesivamente como algas, coníferas u hongos. Un estudio reciente de la Universidad de Edimburgo reabre el debate proponiendo una hipótesis inédita.

Una identidad biológica escurridiza


Las primeras hipótesis sobre Prototaxites se remontan al siglo XIX, cuando los paleontólogos los consideraban coníferas fosilizadas. Esta interpretación fue rápidamente cuestionada, ya que estos organismos precedían la aparición de los árboles modernos. El debate se trasladó luego a una posible naturaleza fúngica, respaldada por algunos análisis químicos.

El estudio de 2007 marcó un punto de inflexión al identificar isótopos de carbono típicos de hongos saprófitos. Sin embargo, los nuevos trabajos sobre P. taiti revelan contradicciones mayores. La ausencia total de quitina, molécula clave de las paredes fúngicas, y una estructura tubular asimétrica ponen en duda esta clasificación.

Más inquietante aún, los especímenes escoceses presentan tubos encajados formando patrones únicos en el registro fósil. Algunos segmentos evocan anillos de crecimiento, mientras otros muestran ramificaciones atípicas. Estas características morfológicas, combinadas con firmas bioquímicas ambiguas, hacen que cualquier analogía con organismos modernos sea particularmente arriesgada.

¿Hacia una nueva categoría de lo vivo?


El análisis exhaustivo del equipo escocés comparó Prototaxites con todos los grupos eucariotas conocidos, sin encontrar correspondencia satisfactoria. Ni las plantas, con su pared celulósica, ni los hongos, con su quitina, ni siquiera los protistas complejos comparten el conjunto de sus características únicas. Este callejón taxonómico sugiere una rama evolutiva sin descendencia actual.

La singularidad de Prototaxites radica en su combinación inédita de rasgos biológicos. Su metabolismo heterótrofo, asociado a compuestos análogos a la lignina y una estructura tubular jerarquizada, no encuentra equivalente conocido. Los investigadores plantean la posibilidad de un "callejón evolutivo" –un caso de multicelularidad que no habría sobrevivido a los cambios ambientales del Devónico.

Este descubrimiento abre perspectivas vertiginosas sobre la biodiversidad desaparecida. Si los Prototaxites representan efectivamente un reino distinto, implica que el árbol de la vida tiene ramas ocultas, totalmente borradas por extinciones masivas. Su existencia recuerda cuán fragmentario sigue siendo nuestro conocimiento de los ecosistemas antiguos, y cuántas sorpresas más podrían esconderse en los archivos fósiles.
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