¿Son peligrosas las ondas de los teléfonos móviles para nuestro cerebro? Las últimas conclusiones científicas tienden a calmar las preocupaciones.
Un estudio exhaustivo, encargado por la OMS y llevado a cabo por investigadores australianos, parece finalmente cerrar el debate: el riesgo de cáncer cerebral no se vería aumentado por el uso prolongado de teléfonos móviles.
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Más de 5 000 estudios científicos, realizados durante más de veintiocho años, han sido revisados en detalle para evaluar los posibles riesgos de los teléfonos móviles. Esta tarea fue encomendada a la Agencia Australiana de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear. La revisión exhaustiva de las publicaciones y de los resultados de estas investigaciones no reveló ningún vínculo significativo entre el uso de teléfonos móviles y los cánceres en la cabeza o el cuello.
El profesor Ken Karipidis, al frente de esta investigación, destaca que incluso el uso intensivo del teléfono no parece aumentar el riesgo de tumores cerebrales. El equipo se centró en los cánceres del cerebro, las meninges, la hipófisis, el oído y las glándulas salivales.
En 2011, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) había clasificado las ondas de los teléfonos móviles como “posible agente cancerígeno”. Una clasificación basada en estudios que mostraban un riesgo potencial para los usuarios intensivos. Sin embargo, no se había establecido ningún vínculo formal. De hecho, las metodologías de estudio utilizadas en ese entonces presentaban sesgos, según el profesor Karipidis. En particular, las personas con tumores cerebrales tendían a sobrestimar su exposición a las ondas, lo que distorsionaba los resultados.
En Francia, la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria (ANSES) tampoco ha identificado ningún vínculo entre el uso de teléfonos móviles, incluida la 5G, y los efectos en la salud. Además, las normativas de seguridad han reducido la cantidad de ondas emitidas por estos dispositivos desde los años 2000. Los investigadores continúan sus investigaciones sobre otros tipos de cáncer menos asociados con las ondas de radio, como la leucemia y el linfoma. No obstante, los resultados actuales son tranquilizadores para los usuarios.