Cuando las matemáticas llegan a casa: un enfoque lúdico y eficaz.
Desde hace tiempo se sabe que el entorno familiar juega un papel clave en los aprendizajes tempranos. Si bien la transmisión del lenguaje o de la lectura está bien documentada, la de las competencias matemáticas sigue estando muy subestimada. Un estudio publicado en la revista Child Development demuestra por primera vez, en un contexto europeo, que actividades matemáticas simples, integradas en el dÃa a dÃa entre padres e hijos, pueden tener un efecto causal en el desarrollo de las competencias matemáticas en niños en edad preescolar.
Para superar estas limitaciones, los cientÃficos diseñaron una intervención domiciliaria basada en actividades lúdicas, simples y ecológicamente válidas, es decir, compatibles con la vida cotidiana de las familias. Durante seis semanas, los padres recibieron juegos (cartas, tableros) y álbumes que fomentaban los intercambios en torno a los números. No se les impuso ninguna consigna rÃgida ni formación previa: eran libres de elegir los soportes y los momentos de actividad, a su propio ritmo.
Un protocolo riguroso para un avance concreto en la reducción de las desigualdades escolares.
Los resultados son claros: los niños que participaron en las actividades matemáticas progresan de manera significativa, especialmente en transcodificación (capacidad de pasar de una cantidad a un sÃmbolo o viceversa) y en ordinalidad (comprender el orden de los números), dos competencias clave para los futuros aprendizajes.
Al basarse en interacciones ordinarias, accesibles para todas las familias, esta investigación marca un doble avance: muestra que las prácticas familiares tienen un efecto directo en los aprendizajes matemáticos, y que es posible intervenir eficazmente sin recurrir a dispositivos pesados o costosos. Este trabajo abre vÃas concretas para luchar contra las desigualdades escolares y promover las matemáticas como una actividad familiar de pleno derecho.