Un equipo de paleontólogos en Alemania ha desenterrado un fósil que nos lleva 183 millones de años atrás, al periodo del Jurásico Inferior. Este hallazgo nos presenta a Simoniteuthis michaelyi, una especie recién identificada de calamar vampiro, demostrando una era remota en la que estas criaturas ya recorrían los mares. Este calamar fue descubierto en Bascharage, un sitio de excavación ubicado en Luxemburgo.
Los calamares vampiros, o vampiromorfos, son cefalópodos que se asemejan más a los pulpos que a los calamares, a pesar de su apariencia. Conocidos por sus órganos bioluminiscentes y sus largos filamentos retráctiles, los vampiromorfos se diferencian claramente de otros miembros de su familia. Hasta la fecha, diversas especies de vampiromorfos han sido descubiertas, tanto actuales como extintas, enriqueciendo así nuestra comprensión de estos depredadores.
El análisis detallado de este fósil, descubierto en 2022 y ahora nombrado Simoniteuthis michaelyi, revela una condición de conservación extraordinaria. Midiendo 38 centímetros de largo, este espécimen completo fue encontrado en plena comida, capturando entre sus tentáculos a dos pequeños peces, una escena raramente observada en el registro fósil. Esta hallazgo es calificado de excepcional por los investigadores, no solo por la calidad de su conservación sino también por las estructuras de tejidos blandos, como los ojos y los tejidos musculares, observables en detalle.
Investigaciones previas indican que este vampiromorfo residía en las zonas marítimas alrededor de una isla, ubicada en lo que hoy es el territorio de Europa. La particularidad de las circunstancias que rodearon su muerte, especialmente la falta de oxígeno en el agua, habría llevado a su asfixia. Esta misma carencia de oxígeno también habría disuadido a otras especies marinas de consumir los restos del calamar, contribuyendo así a la perfecta conservación de su cuerpo dentro de los sedimentos.
Este descubrimiento ofrece una ventana valiosa hacia la vida marina del Jurásico Inferior y subraya la importancia de las condiciones ambientales en la conservación de fósiles. También nos recuerda la continuidad de la vida en la Tierra y la capacidad de la naturaleza para preservar sus secretos más antiguos para que podamos descubrirlos millones de años más tarde.
El término "vampiro" asociado a los vampiromorfos proviene de sus singulares características físicas que evocan la imagen del vampiro mitológico. Sin embargo, a diferencia de su apodo inquietante, los calamares vampiros se alimentan principalmente de detritos y plancton, y no de sangre.