Hemos presenciado la muerte de un planeta, devorado por su estrella ☄️

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Monthly Notices of the Royal Astronomical Society
Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
Desde la década de 1980, una extraña emisión de rayos X ha intrigado a los astrónomos. En el corazón de la nebulosa de la Hélice, una estrella moribunda podría haber destruido un planeta cercano, revelando un fenómeno raro y espectacular.


Esta ilustración artística representa un planeta (a la izquierda) que se acercó demasiado a una enana blanca (a la derecha) y fue destruido por sus fuerzas de marea. La enana blanca está en el centro de una nebulosa planetaria representada por el gas azul en el fondo. El sistema planetario también incluye un planeta en la parte superior izquierda y otro en la parte inferior derecha. El planeta desgarrado podría haber estado inicialmente lejos de la enana blanca antes de migrar hacia ella debido a las interacciones gravitacionales con otros planetas del sistema.
Crédito: NASA/CXC/SAO/M. Weiss

Este descubrimiento se basa en observaciones realizadas por los telescopios espaciales Chandra y XMM-Newton. La nebulosa de la Hélice, ubicada a 650 años luz de la Tierra, alberga una enana blanca, remanente de una estrella similar al Sol. A diferencia de la mayoría de las enanas blancas, esta emite rayos X energéticos, un misterio que finalmente podría resolverse.

Un planeta devorado por su estrella


Los investigadores creen que los rayos X provienen de los escombros de un planeta destruido por la enana blanca. Esta hipótesis se basa en datos recopilados entre 1992 y 2002, que muestran una emisión constante pero con una ligera variación cada 2,9 horas, lo que sugiere la presencia de un objeto en órbita muy cercana.

Inicialmente, el planeta habría estado más lejos, pero las interacciones gravitacionales con otros cuerpos celestes lo habrían acercado a la enana blanca. Una vez demasiado cerca, las fuerzas de marea de la estrella lo habrían desgarrado, creando un disco de escombros que, al caer sobre la enana blanca, emitirían rayos X.

Si esta teoría se confirma, sería la primera observación directa de un planeta destruido por una enana blanca en una nebulosa planetaria. Este descubrimiento abre nuevas perspectivas para comprender el destino de los sistemas planetarios alrededor de estrellas en fase final.

¿Una nueva clase de objetos celestes?


WD 2226-210, la enana blanca en el centro de la nebulosa de la Hélice, presenta similitudes con otras dos enanas blancas. Estas últimas también muestran emisiones de rayos X probablemente relacionadas con la acreción de materia planetaria, pero sin una destrucción rápida.

Estos tres objetos podrían formar una nueva categoría de enanas blancas variables, caracterizadas por su interacción con planetas o sus restos. El estudio de estos sistemas permitiría comprender mejor cómo los planetas sobreviven o son destruidos cuando su estrella anfitriona envejece.

Los investigadores esperan identificar otros sistemas similares para profundizar estas observaciones. Estos descubrimientos podrían revelar mecanismos aún desconocidos en la evolución de los sistemas estelares.

Para profundizar: ¿Qué es una enana blanca?


Una enana blanca es la etapa final de la evolución de estrellas de masa baja a media, como nuestro Sol. Cuando una estrella de este tipo agota su combustible nuclear, expulsa sus capas externas al espacio, formando una nebulosa planetaria. El núcleo restante, extremadamente denso, se convierte en una enana blanca.

Esta estrella muerta está compuesta principalmente de carbono y oxígeno, comprimidos a una densidad increíble: una cucharadita de materia de enana blanca pesaría varias toneladas en la Tierra. A pesar de su pequeño tamaño, comparable al de la Tierra, una enana blanca conserva una masa cercana a la del Sol.

Las enanas blancas ya no producen energía por fusión nuclear. Brillan únicamente gracias al calor residual acumulado durante su vida activa. A lo largo de miles de millones de años, se enfrían lentamente, pasando del blanco al rojo y luego al negro, convirtiéndose en "enanas negras".

Estos objetos estelares desempeñan un papel clave en la evolución de los sistemas planetarios. Su estudio ayuda a los astrónomos a comprender el destino de las estrellas y los planetas en el Universo.
Página generada en 0.080 segundo(s) - alojado por Contabo
Acerca de - Aviso Legal - Contacto
Versión francesa | Versión inglesa | Versión alemana | Versión portuguesa