Los secretos del patrón de la piel del gecko leopardo pasan de rayas a manchas

Publicado por Redbran - Martes 13 Agosto 2024 - Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
Fuente: Universidad de Ginebra
Si los patrones y colores de la piel de los lagartos fascinan, los mecanismos detrás de ellos son en gran parte desconocidos.

Un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) se ha interesado en el gecko leopardo, un lagarto popular, para comprender cómo las rayas en la piel de los juveniles se transforman en manchas en la edad adulta. Estos trabajos revelan que esta transición es orquestada por interacciones entre diferentes células pigmentarias, ofreciendo así nuevas perspectivas sobre la biología de la pigmentación en los reptiles. Estos resultados se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).


Durante los primeros meses de su vida, el gecko leopardo presenta patrones de rayas. Una vez adulto, estas se transforman en manchas negras, recordando el pelaje del leopardo.
© LANEVOL

Los colores y patrones en la superficie de la piel de los reptiles son de una sorprendente diversidad, generada por las interacciones entre tres tipos de células coloridas, los cromatóforos. Los melanóforos son responsables de los colores negro y marrón; los xantóforos de la coloración roja/amarilla y los iridóforos, llenos de cristales que reflejan la luz, emiten colores metalizados. Según la distribución de estos cromatóforos en la piel, aparecen diferentes patrones de coloración. Para la mayoría de las especies, el patrón de coloración se define durante el desarrollo embrionario y permanece estable durante toda la vida del animal.

Transición a la edad adulta

Sin embargo, existen excepciones. Tal es el caso del gecko leopardo (Eublepharis macularius), bien conocido por los terrariófilos y originario de India o Pakistán. Este lagarto, de unos veinte centímetros en la edad adulta, presenta durante los primeros meses de su vida una raya blanca en la nuca y varias rayas transversales amarillas y negras en su espalda. Una vez alcanzada la edad adulta, su piel, de fondo claro y uniforme, se cubre de manchas negras que recuerdan el pelaje del leopardo. El grupo de Athanasia Tzika, investigadora en el Departamento de Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias de la UNIGE, se ha interesado en los fenómenos que permiten esta transición de rayas a manchas en el gecko leopardo, para entender mejor la formación de patrones de coloración en los reptiles.

Los biólogos han analizado la distribución de las células coloridas en la piel de los lagartos en diferentes etapas de su vida. "Durante nuestras observaciones de las muestras de piel, constatamos que si los tres tipos de cromatóforos están presentes en los juveniles, los iridóforos desaparecen después de unos meses y este período coincide con la transición de las rayas a las manchas", explica Asier Ullate-Agote, antiguo doctorando en el Departamento de Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias de la UNIGE, y primer autor del estudio.

Además, el gecko leopardo tiene la particularidad de poder regenerar su cola si ésta es seccionada como resultado de una agresión física por parte de un depredador. Independientemente de la edad del lagarto, esta nueva cola siempre crece cubierta de manchas, y nunca de rayas. Los científicos han analizado así la piel de estos regenerados y han observado que está desprovista de iridóforos. Estas observaciones correlacionan nuevamente la presencia de manchas con la ausencia de cromatóforos iridiscentes.

Un gecko mutante para confirmar estos resultados

"Estas observaciones nos llevaron a analizar la piel de un animal particular que a veces aparece naturalmente en nuestros criaderos: el gecko leopardo ''Mack Super Snow''. Este animal, portador de una mutación espontánea, nace con una piel negra sin rayas, pero presenta una piel manchada en la edad adulta, como los otros lagartos sin mutación. Constatamos que la piel de los juveniles muestra la presencia únicamente de melanóforos, pero no de iridóforos o xantóforos", describe Athanasia Tzika.

Los análisis genéticos de estos individuos permitieron identificar la mutación en el gen PAX7. Este gen se expresa normalmente en los iridóforos y los xantóforos, sugiriendo que juega un papel clave en la diferenciación de estos dos cromatóforos, cuya presencia no es necesaria para la formación de manchas.

"Pensamos, por lo tanto, que son las interacciones entre los melanóforos y los iridóforos las que están en el origen del patrón de rayas en los juveniles y que los melanóforos pueden formar las manchas, sin la ayuda de otros cromatóforos. Nuestro estudio permite comprender mejor los mecanismos de regulación que rigen la pigmentación de la piel en los geckos leopardo y, en términos generales, la formación de patrones de color en los reptiles", concluye Athanasia Tzika.
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